lunes, 5 de noviembre de 2018

Entrevista a Michael Mort

Michael Mort, el realizador de la gamberra película "Chuck Steel: Night of the Trampires" que pudimos ver en el Festival de Sitges, estuvo durante la presentación de la película en la ciudad costera para captar en directo la reacción del público y atender a los medios. Y obviamente no quisimos perder la oportunidad de hacerle algunas preguntas sobre su reciente trabajo y la forma en que lo llevó a cabo.
En la película, el agente Çhuck Steel debe desentrañar un conjunto de misteriosas desapariciones que tienen lugar en Los Angeles, y acabará enfrentándose casi en solitario al ataque de unos mutantes híbridos de vagabundos y vampiros que amenazan a la ciudad, todo ello aderezado con mucho gore, acción y el lenguaje más rudo que haya salido por la boca de un puppet de stop motion.


¿Qué le atrae tanto de los 80 para haber ambientado en esa época su película? ¿Es casualidad que se inscriba en la actual moda retro a la que evocan series como "Stranger Things"?
Crecí en los 80 y siempre he estado obsesionado con esa época, y de ahí son también las películas que más me gustan. Me gusta el carácter extremo y hasta alocado de cada una de ellas. La nostalgia que ahora se siente hacia esa época y sus películas es en todo caso una coincidencia, que a mi me parece perfecta.

De hecho la película de Chuck Steel es un proyecto que viene de lejos, tanto es así que el personaje ya protagonizó su corto "Raging Balls of Steel Justice" ¿De dónde surgió la idea de un personaje así?
Di con el personaje cuando tenía 15 años de edad, y ya hacía dibujos de él en mis libretas e incluso sus primeras películas en cintas super 8 y de 16 milímetros, e hice otras películas cortas con el personaje en la universidad. Pero siempre existió la idea de recuperarlo en algún momento de mi carrera profesional en animación y siempre se me ocurrieron ideas protagonizadas por el personaje, que siempre se quedó en los 80, así que cuando llegó la oportunidad de hacer un largometraje no dejé escapar el momento. Aunque ha tardado lo suyo en tener la película desde que lo ideé a los quince.

En esa trayectoria profesional se ha visto trabajando en películas para un target más familiar, como algunos de sus cortometrajes previos o la oveja Shaun de Aardman. ¿Cómo ha sido trabajar en una película para adultos?
Bueno, uno de mis trabajos previos fue la serie "Gogs" de la BBC, sobre una familia prehistórica, y no era completamente para adultos, pero sí para adolescentes y adultos, y se podría decir que siempre he preferido un sentido del humor más adulto, pero no siempre es fácil encontrar financiación para proyectos de animación para adultos. Pero "Gogs" tuvo mucho éxito, y esa es una de las razones por las que quienes apoyaron "Chuck Steel" confiaran en ella. En el caso de Shaun the Sheep fue un proyecto de Aardman y fui director por encargo; cuando estoy creando mi propio trabajo siempre es un humor un poco más tendente al público adulto, de acuerdo con mis preferencias.

¿Se autoimpuso algún límite a la hora de abordar el humor adulto de Chuck Steel?
Bueno, "Chuck Steel" es violento, y hay tacos y humor rudo, pero es sólo humor adulto; no he buscado ofender a nadie de forma expresa, ni incomodar a nadie, sino sólo hacer algo divertido. Alguien puede quedar sorprendido por el hecho de que sea animación y sea para adultos, y a menudo la animación para adultos entra en el terreno de resultar polémica o chocante, porque quien la hace cree que eso es lo que debe hacer, porque es animación y es para adultos. En todo caso, no es lo que quise hacer con Chuck: con él quise que tuviera cierto encanto y cierta inocencia, aunque sea algo violento.

¿Qué películas le han servido de inspiración para su personaje, que recuerda a Harry el Sucio o al Sylvester Stallone de "Cobra"?
Esas! Y también "Robocop", "Noche de Miedo", "Re-Sonator", "Rambo", las películas de Chuck Norris y de Dolph Lundgren, Bruce Lee...

¿Y como animador en stop motion cuáles han sido sus influencias?
Cuando empecé, mis referencias fueron Ray Harryhausen, Phil Tippet, Randall William Cook, y probablemente Will Vinton, que lamentablemente acaba de fallecer.

¿Conoce a algunos de los animadores españoles que en nuestro cine han explorado también el stop motion gore como Samuel Ortí, director de "Pos Eso", o Pablo Llorens?
Acabo de tomar unas copas con Sam. Sam nos visitó en el estudio, nos conocemos bien y compartimos la misma mentalidad. Trabajó duro en su película y lamentablemente la distribución no funcionó demasiado bien, lo cual es una pena porque la animación stop motion requiere mucha dedicación y mucho tiempo, y cuando dedicas tanto tiempo a un proyecto y no funciona por culpa de factores ajenos es muy frustrante. Hoy en día ocurre que muchas veces el consumo que se hace del cine es de usar y tirar, la gente no se implica en lo que significa la producción de una película, y al final si uno se dedica al cine en stop motion lo hace por verdadera vocación. También yo he pasado por situaciones similares a la de Sam, en que alguna película casi deja de hacerse,... y al final vuelves a probar una y otra vez. Estoy seguro de que Sam finalmente encontrará la oportunidad que busca y que se merece.

¿Qué tipo de presupuesto ha manejado la película? ¿Y qué diferencias ha representado su producción respecto al corto?
El reto principal de toda producción en stop motion es lo que se tarda en completarla. Para el corto fuimos un equipo de seis personas trabajando en el sótano de mi casa, para una producción de quince minutos de duración que se tardó 18 meses en completar, mientras que para la película tuvimos hasta 160 personas en su momento álgido y tardamos tres años y medio en terminar el largometraje, con una media de 38 segundos de animación por semana, y con un presupuesto de 20 millones de dólares. Es un presupuesto bajo en comparación con los presupuestos de cientos de millones de dólares de las producciones de Hollywood, pero para una producción independiente como la nuestra sería un presupuesto mediano, y estamos contentos de que la producción está siendo invitada a los festivales, ganando buenas críticas e interesando a la distribución.

¿Cómo fue la construcción de los puppets? ¿Fue completamente artesanal o hubo también impresión 3D?
No hubo impresión 3D en la construcción de los muñecos, fue todo artesanal. Bueno, de hecho sí que hubo algo de impresión 3D para esculpir ciertas partes del cuerpo y los cráneos de las caras, pero no hubo para las bocas ni para el lipsync; ahí todo el enfoque fue a la vieja usanza, quitando la cabeza del esqueleto para modelar la expresión en los labios de plastilina y volviéndola a colocar para sacar un nuevo fotograma. Ello hizo que las escenas de diálogo fueran de lo más complicado en la película.
En el caso de los trampiros, en lugar de plastilina para las caras usamos látex, y para ellos partimos de cinco o seis formas de cuerpo que se reproducían en espuma a partir de un molde, y se vestían cada uno de ellos de forma manual.

¿Echó en falta el ejercicio de la animación desde su posición de director?
Tan sólo animé en Photoshop durante la postproducción, porque tenía 27 unidades que supervisar y un gran equipo de animadores muy capaces de hacer las cosas bien.

¿Entonces no costó dejar en manos de terceros un proyecto que había nacido de forma tan personal como Chuck Steel?
No eché en falta animar. Estuve feliz de ver avanzar el proyecto desde la posición de director y además pude hacer lo que en verdad más me interesa, que es definir la historia, trabajar los chistes, planear las escenas de acción, mientras que estaba tranquilo porque la animación quedaba en manos de un buen equipo. Así que no me costó quedarme atrás en las tareas de animación y dejar trabajar a los animadores, con los que existió muy buen entendimiento; era muy fácil dejar que animaran una vez nos habíamos reunido para que los animadores describieran cómo plantearían sus planos, a veces también filmábamos acción real para orientar cómo hacer determinada acción, pero la mayoría de las veces les animaba a llevar adelante los planos como ellos creyeran que iba a quedar mejor, porque en la mayor parte de los casos funcionaba.

¿Cómo valora la recepción de la película, que incluso tuvo buen recibimiento en Annecy? ¿Piensan ya en una secuela?
Generalmente las vibraciones han sido buenas. Hemos tenido buenas críticas en general. Siendo una película violenta y gore para adultos, cargada de comedia políticamente incorrecta, somos conscientes de que no será indicada para todo el mundo, pero estamos muy contentos con el conjunto de reacciones que estamos recibiendo. Nos gusta pensar que la gente que la vaya a ver se va a encontrar con algo realmente diferente a lo que está acostumbrada a ver, especialmente tratándose de animación stop motion.
Y sí, tengo algunas ideas para una secuela e incluso para otros proyectos en stop motion, pero lo primero es lo primero y andamos concentrados en ver si la película obtiene buenos acuerdos de distribución. En ese caso, lo siguiente vendrá después.

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