viernes, 9 de noviembre de 2018

Detective Conan: El Caso Zero

Una de las películas de animación con una audiencia más entregada en el festival de Sitges fue el vigésimo-segundo largometraje de uno de los detectives más famosos del anime; no sin motivo, ya que es la primera vez que un largometraje de Detective Conan se estrena en España. Así que había mucho fan con ganas de ver en pantalla grande las aventuras de Shinichi Kudo, y no quedaron nada descontentos puesto que la película presenta a muchos de los personajes conocidos de la saga televisiva y desarrolla grandes escenas de acción visualmente espectaculares. No en vano se ha convertido en un éxito de taquilla también en Japón.


En la bahía de Tokio, el recientemente inaugurado complejo turístico y centro de convenciones “Edge of Ocean” prepara la próxima feria. Antes de la ceremonia de apertura, más de 22.000 agentes de policía están vigilando el edificio cuando por sorpresa se produce una explosión a gran escala. En las imágenes de la explosión se encuentra Tooru Amuro, jefe de la policía nacional de Seguridad Pública. Pero las evidencias de la escena del crimen muestran dactilares que coinciden con las de Kogoro Mouri, que perteneció a la policía en el pasado! El detective más famoso de Japón, el detective Conan, que está molesto con Amuro por el arresto de Kogoro, llega a conocer de un extraño caso en que Amuro obligó al sospechoso a suicidarse. De nuevo Conan deberá resolver otro nuevo caso y encontrar al culpable.


La película incluye una introducción a los personajes, a fin de que puedan verla personas que no conocen la serie televisiva. Recordemos que la serie narra la historia de Shinichi Kudo, un estudiante de 16 años con un talento detectivesco fuera de lo común que un día es envenenado por una organización criminal - los Hombres de Negro -, con la consecuencia de que su cuerpo se rejuvenece hasta adoptar el cuerpo de un niño de seis años. Entonces se refugia en la casa de Ran, compañera de instituto, secretamente enamorada de él, y Shinichi, para no desvelar su identidad y ponerla en peligro, toma prestado el nombre de dos referentes literarios: el de Arthur Conan Doyle, creador de Sherlock Holmes, y Edogawa, por Rampo Edogawa, autor de relatos misteriosos japonés.
Con un tono algo más gris y adulto que el de la serie y los largometrajes anteriores, la película muestra un guión más complejo y mejor en cuanto a la construcción de las situaciones de misterio, dejando ir de forma sutil las píldoras necesarias para mantener la intriga y la curiosidad del público en torno a una trama - en la que vuelven a estar implicados los Hombres de Negro - que se sabe mostrar impredecible y que se resuelve de forma bastante satisfactoria en medio de escenas de acción que van in crescendo hasta el punto de emular secuencias más propias de las películas de James Bond.
El diseño de personajes y la animación aparecen marcadamente condicionados por la estética de la serie, lo que en pantalla grande da un resultado más empobrecedor. En cualquier caso sí es más evidente un mayor lucimiento en los fondos, y la energía - hasta rozar el exceso - de las escenas de acción lleva la película a niveles muy satisfactorios para los fans.

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