martes, 25 de octubre de 2016

Avril et le Monde Truqué

"Avril et le Monde Truqué" se llevó el Premio Cristal al Mejor Largometraje de Animación  en el Festival de Annecy de 2015. Dirigida por Franck Ekinci y Christian Desmares, la película se basa en una idea original - que no un cómic - del historietista Jacques Tardi, desarrollada por el guión del mismo Ekinci y Benjamin Legrand. De hecho, la impronta de Tardi se nota de forma marcada en toda la película, pues es también el diseñador de personajes y del universo visual del largometraje, y ello constituye uno de los principales alicientes del mismo; en efecto, recuerda en varios aspectos a los álbumes de Adèle Blanc-Sec (llevados a la pantalla por Luc Besson), una serie que rinde homenaje a los folletines de aventuras, con monstruos, sabios locos, hermandades secretas... que se desarrolla en el París anterior a la 1ª Guerra Mundial y está protagonizada por una heroína feminista.


En el caso de "Avril et le Monde Truqué" la narración empieza en el París de 1870: Bajo el Segundo Imperio y en vistas de la guerra contra Prusia que se aproxima, los científicos son forzados a trabajar para sus gobiernos, y bajo estas circunstancias el científico Gustave Franklin se encuentra desarrollando un suero de invulnerabilidad cuando una visita de Napoleón III y su mariscal provocan un incidente en el laboratorio que conlleva la fuga de dos cobayas y una explosión que provoca la muerte de todos. A partir de ahí, la Historia que conocemos cambia: la guerra contra Prusia no tiene finalmente lugar y las líneas sucesorias no se interrumpen, con lo que sesenta años después, Napoleón V gobierna en Francia; sin embargo, los científicos de todo el mundo están desapareciendo, privando a la humanidad de invenciones capitales (tales como la electricidad, la aviación, el motor de explosión..), lo que estanca al mundo en la tecnología del carbón y el vapor y motiva a los gobiernos a intentar tener a todos los científicos restantes bajo sus órdenes, mientras explotan los recursos naturales sin atender a las consecuencias medioambientales. En este mundo extraño, el anciano hijo de Gustave, Pops, junto a su hijo Paul y su nuera Annette desaparecen tratando de ocultar el suero en el que empezó a trabajar su antepasado, dejando sola a la hija de la pareja, Avril. Diez años después, en 1941, Avril se encuentra trabajando de nuevo en el suero para tratar de salvar a su gato parlante Darwin, lo que volverá a despertar el interés del gobierno y de la misteriosa organización que anda detrás de todos los científicos.



Ejecutada en animación tradicional mediante dibujos realizados en ordenador, con la intervención de elementos 3D en los decorados y algunos efectos, la película se debe al estilo de Tardi, detallista y documentado. Empezando por sus créditos iniciales, que se reparten de forma muy original entre los papeles e instrumentos de un laboratorio científico que deviene el set de la escena inicial, "Avril et le Monde Truqué" se mantiene fiel a la estética y narrativa de los cómics, con sus líneas gruesas y sus colores gouache planos, y una animación sobria en general que sugiere viñetas ligeramente animadas, aunque generosa en las secuencias de mayor acción. Dentro de este estilo, la película construye un universo visual fascinante que sitúa a París en una estética steampunk retrofuturista, poblada por máquinas de vapor, dirigibles o una vagoneta teleférica que viaja por un cable a través de dos torres Eiffel gemelas. Este marco visualmente original e imaginativo, familiar y verosímil a la vez que fantástico, es el envoltorio de una historia de aventuras que homenajea y recupera el clásico gusto de las novelas de Julio Verne, Robert Louis Stevenson o Emilio Salgari.

Lo mejor: la imaginativa recreación de un París y una Historia alternativos construidos con el sello inconfundible de Tardi.
En contra: una historia en cierta medida predecible y algo ingenua en su parte final.

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