Recientemente hemos recibido la noticia de que el largometraje “Psiconautas, los niños olvidados”, tras su buena acogida en decenas de festivales, ha sido nominado a los Premios de la Academia Europea. Pronto podremos ver en las salas de cine esta cinta dirigida por Alberto Vázquez y Pedro Rivero en la que Khris Cembe se ocupa de la Dirección de Animación. Un estreno inusual, pues no son muchos los largos de animación en 2D para público adulto que se proyectan. Pero, por ello también muy esperado.
Además hemos sabido hace poco que el cortometraje “Decorado”, en el que Vázquez y Cembe repiten roles, ha sido uno de los ocho elegidos para competir en la 31ª Edición de los Premios Goya en la categoría de mejor cortometraje de animación. Este corto, con su estética oscura y original, ya fue seleccionado para para participar en la Quincena de Realizadores del último Festival de Cannes y recibió el Premio del Jurado al Mejor Corto Nacional en el Mercado 3D Wire,
Pero Khris Cembe no se duerme en los laureles. Ahora le ocupan nuevos proyectos, como el corto “Soy una Tumba”, también premiado en 3D Wire con el Premio Proyecto Corto Movistar+, que ayudará a financiar su desarrollo; y el largometraje “Caballero y Mono” bajo la dirección de Santi Riscos y del propio Cembe.
Precisamente en la pasada edición de 3D Wire pudimos charlar con Khris Cembe y, además de felicitarle por esta cosecha de éxitos, aprovechamos para preguntarle por los entresijos de estos interesantes proyectos que han vuelto a colocar a la animación 2D española en el mapa.
En primer lugar, felicidades por el éxito de “Decorado” y “Psiconautas”. ¿Cómo te sientes respecto a la recepción de ambos trabajos?
La verdad es que sorprendido. Con Psiconautas la acogida está siendo increíble a nivel crítica y la gente “flipa” con ella. La paradoja es que hace un año que la terminamos y aún no está en distribución. En principio la distribución en España empezará a partir de noviembre, pero me temo que, como existe la presión de la taquilla, durará en salas una semana como mucho. Pero estamos muy contentos porque está ganando muchos premios a nivel internacional y todo el mundo la conoce, y creo que eso es algo único en España. Yo creo que en este país en los últimos diez o quince años no ha habido otro largometraje de animación 2D, con un presupuesto por debajo del millón, que haya tenido tan buena acogida y crítica en festivales internacionales. Y una película como ésta, para adultos, tan fuerte, dramática y hasta devastadora, está calando muy hondo en la gente. Eso para nosotros es una satisfacción. Nos demuestra que al público también le gusta lo que nos gustaría ver a nosotros y que, aunque en animación para adultos hay muy poco que funcione, Psiconautas está siendo capaz de llegar lejos.
¿En qué sentido ha sido un reto para vosotros apostar por un proyecto de animación como Psiconautas?
Para empezar, esta película contaba con muy bajo presupuesto y con un equipo reducido, de unas dieciséis personas. A pesar de ello hemos conseguido sacarla con el nivel de calidad que tiene en menos de nueve meses. Esto es increíble. Algo hay, seguro, que hacemos bien.
Un reto importante fue pasar del mundo del cortometraje al del largometraje. Al planteártelo es algo que asusta, pero al final hacer un largo es igual que trabajar en un corto, pero aumentado. Se trata de tener más gente en tu equipo y, si una persona puede animar ocho minutos en ocho meses, diez personas pueden tener ochenta minutos y hacer un largo. Parece una forma simple de contarlo, pero funciona. En este caso ha funcionado.
El que sea un largometraje, ¿os ha ayudado a llegar a más gente?
Rotundamente sí. Puedes tener una trayectoria, como en el caso de Alberto Vázquez, con cortos como “Birdboy” o “Sangre de Unicornio”, pero cuando has hecho un largo te ven y te tratan de otra manera. Y está mejor distribuido, lógicamente. Realmente es un esfuerzo muy grande hacer un largo y tiene mucho mérito que en un país como éste se haya hecho esta película. Espero que gracias al éxito de Psiconautas en festivales (o en taquilla) se consigan hacer más, que podamos aumentar presupuestos para ampliar equipos y, sobre todo, poder pagar a un animador como se merece. Ya estamos trabajando en ello.
El nuevo corto 'Soy una Tumba', en el que estás trabajando ¿será muy distinto de otros anteriores como, por ejemplo, 'Viaje a Pies'?
Sí, supone un cambio bastante radical. He pasado de una comedia con un tono tosco, sucio, grosero, incluso violento, a otra historia que, siendo también violenta, es muy diferente y se sitúa en el mundo infantil.
“Soy una Tumba” es un cortometraje que, sin ser autobiográfico ni mucho menos, tiene bastante de mí. Hay pequeñas cosas en la personalidad del protagonista, del niño, que son cosas sacadas de mí, por ejemplo, de mi experiencia de irme a vivir a Galicia, y es lo que me gusta de este proyecto.
Es un corto que está hecho de esencias, de sensaciones, más que de una narrativa racional. Importa más el cómo lo cuento que lo que pasa en sí. La historia que hay detrás es la de un niño que ve rota su infancia en el momento en que presencia un horrible crimen que resulta que protagoniza su padre. El padre no sabe que el niño le ha visto y el niño no dice nada, se calla. Imagínate el conflicto mental de ese crío y cómo le puede corroer por dentro a alguien un secreto así. Al final trata de eso, de los secretos, del silencio de los niños, de su sufrimiento y de la relación con los adultos cuando hay esos silencios o cómo los adultos a veces no les prestan atención. Todos los niños tienen secretos; si no, no eres niño. Pero algunos son más grandes y muchas veces se los llevan a la tumba.
Te has atrevido con un tema complejo...
Sí, muy complejo. Pero está envuelto en una atmósfera de thriller también. Siempre me gusta jugar con el lenguaje del cine negro y aquí hay crimen, hay contrabando... aunque lo importante en este proyecto son sobre todo las sensaciones. Pero esa atmósfera engancha. Es un corto que, en comparación con otros emotivos y sensoriales, se pasa muy rápido, no aburre nada.
Imagen de "Soy una Tumba", de Khris Cembe. |
La parte visual es especialmente importante en “Soy una Tumba”.
En lo que se refiere a lo visual voy a mezclar técnicas, voy a fusionar la ficción, la animación, con la imagen real. Cuando digo imagen real no me refiero a fotografía superpuesta, sino a decorados que, de hecho, ya hemos grabado. Y lo hemos hecho como si los actores estuvieran ahí, con movimientos de cámara, para luego integrar la animación 2D por encima. Esto no es gratuito: tiene mucho que ver con el final del corto (que no voy a contar). Algo interesante es cómo esto me permite jugar con las fantasías del niño: lo que pertenece a su imaginación se ve como imagen real y, cuando se trata de la realidad del niño, lo muestro como dibujo animado, que quizá es lo contrario de lo que cabría esperar. Me gusta cómo funciona esa contradicción y la capacidad de la animación para crear ese juego.
Desde que hablaste con Los del Sótano en Animac tienes más avanzado el proyecto de largometraje con Santi Riscos. ¿De qué irá la historia de "Caballero y Mono"? ¿Qué nuevo Khris Cembe vamos a encontrar?
Pues si estábamos hablando de una historia oscura, sobre el sufrimiento en la infancia, el proyecto con Santi es todo lo contrario. Vamos a hacer cine para niños, comedia, mucha comedia. Hay personajes muy locos y dispares y queremos muchos chistes, pero para niños. No para niños estúpidos, no queremos caer en el chiste tonto, sino darle una vuelta. Va a tener mucha acción, mucha aventura, y lo más original es que la historia sucede en un futuro muy, muy lejano: en la Edad Media de los pollos. Los pollos han evolucionado hasta ocupar el puesto de los humanos y en el mundo prácticamente sólo hay pollos y monos, y algunas otras criaturas muy raras como los Palomosauros, que son unas palomas gigantes sin alas. También hay un Polliseo, viven en Gallópolis...es una historia muy loca y muy divertida y tiene totalmente la marca de Santi. Desde luego, muy diferente a “Soy una Tumba”.
En comparación con tus trabajos anteriores, "Caballero y Mono" parece más accesible a todo tipo de público y más comercial. ¿Esto ha supuesto algún sacrificio de vuestro estilo o en el modo de plantear la historia?
Al ser una película para público infantil se supone que sí va a ser más fácil de producir y distribuir, aunque yo tengo mis dudas porque parece que ahora se nos está pidiendo más animación para adultos. Nos gustaría poder llevar esta película al cine y ofrecer a los chavales una opción de animación “clásica”. Si en series funciona, ¿por qué no en pelis? Desconozco cómo funciona la televisión y el cine a nivel de mercado, sobre todo si hablamos del público infantil, así que estamos esperando feedback para saber cómo ubicarla y por dónde ir. Nos queda un largo recorrido.
Respecto a si esto nos condiciona, de momento no, no estamos condicionados. Estamos haciendo la película que queremos que los niños vayan a ver al cine y con la que se partan de risa. Sí cambia el registro respecto del humor bestia, bruto, al que estamos acostumbrados en Cálico Electrónico, Birdboy, Psiconautas e incluso en Viaje a Pies. En Caballero y Mono usamos un humor inteligente, más sutil y pensado para niños.
Fotograma de "Caballero y Mono", de Santi Riscos y Khris Cembe. |
¿Qué nos puedes decir sobre inspiraciones o herencias en este proyecto? ¿Qué le debéis, por ejemplo, al Cartoon clásico?
Al Cartoon le debemos la originalidad y la magia del dibujo. En 3D hay películas que me gustan mucho, pero el 2D aporta otra cosa, que es esa magia que tiene el dibujo. El dibujo nunca va a desaparecer. Con tres dibujos ya puedes crear una sensación de movimiento, y además de una forma muy directa: es tu mano la que traza esas líneas. El 2D tiene ese “algo” que, para mí, lo hace muy atractivo.
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