lunes, 19 de octubre de 2015

The Boy and The Beast

"The Boy and The Beast" (Bakemono no Ko), la nueva película de animación tradicional de Mamoru Hosoda (La Chica que Saltaba a Través del Tiempo, Summer Wars, Los Niños Lobo) satisfizo plenamente las expectativas y consolida a su realizador como firme heredero de Hayao Miyazaki, presentando una aventura repleta de acción en la que no faltan personajes entrañables y una historia con un fondo sólido, que configuran la que probablemente es la mejor película de su autor hasta el momento.


El guión, escrito por el mismo Mamoru Hosoda, narra la historia de amistad entre un chico solitario llamado Ren/Kyuuta - que acaba de perder a su madre y desconoce el paradero de su padre - y una criatura sobrenatural perteneciente al reino de las bestias, con forma de oso y conocida como Kumatetsu, de la que se convierte en discípulo tras seguirle a su reino, cuyos habitantes antropomórficos están pendientes de elegir a un nuevo líder tras un combate singular que ha de celebrarse al cabo de un tiempo, dando inicio a una serie de aventuras repletas de acción en las que acaban estableciendo una conexión única que les llevará a conocerse el uno al otro y a sí mismos.
Bajo el conocido formato de las relaciones aprendiz-maestro, Mamoru Hosoda nos presenta una revisitación de la fábula de Pinocho donde la importancia de conocernos y aceptarnos tal como somos y de hacer lo mismo con los demás, y el mensaje de que somos responsables de nuestras decisiones pero nunca luchamos ni aprendemos solos son los ejes vertebradores de la historia. En efecto, el niño Ren/Kyuuta se presenta al inicio de la película como un niño sin alma que, sin referentes paternos, al haber fallecido su madre y no saber dónde encontrar a su padre, vaga sin saber qué hacer de sí mismo; sin embargo, pronto encuentra a su Pepito Grillo particular, una especie de roedor que responde al nombre de Chiko, y a un padre - la bestia Komatetsu, su peculiar Gepetto - que estará dispuesto a formarle (darle forma) con un propósito en la vida: convertirse en un aprendiz de guerrero. En este camino contará con el apoyo de varios amigos que bien podrían considerarse sus hadas madrinas - el monje-cerdo Hyakushuubou, el mono Tatara, el maestro Soushi, y la humana Kaede - y tendrá que enfrentarse a su propia inseguridad/oscuridad y hasta a una ballena, generada por la oscuridad del alma su contrincante, Hichirouhiko (que es también una referencia a los demonios a los que se enfrenta el capitán Ahab en Moby Dick), antes de convertirse en una persona plena, en un final inesperado que constituye una de las mejores sorpresas de la película. En todo caso no es sólo Kyuuta quien aprende de los demás en la película, sino cada uno de los personajes y especialmente también Komatetsu, que hasta el momento de conocer a Kyuuta era un ser completamente irresponsable y con mal carácter en el que pocos confíaban y finalmente, gracias a lo que le hace ver Kyuuta, llega a ser suficientemente sabio para conocer el sacrificio que deberá hacer para darle a su discípulo/hijo el alma que necesita.
Mamoru Hosoda, desde su Studio Chizu, acierta a tejer con unos personajes convincentes una historia llena de acción, pero también de muchos toques humorísticos y la medida justa de emotividad ("no seas llorica" repite una y otra vez Komatetsu, como contraposición a los posibles excesos de Pixar) en una línea muy pareja a forma de contar historias de los fundadores de Ghibli, pero quizás incluso con mayor comercialidad.
Gráficamente la película es espectacular, mostrándonos escenas de acción muy bien ejecutadas, y un clímax final fantástico en plenas calles de Japón, que son ilustradas con mucho detalle y credibilidad, como otras tantas secuencias a lo largo de toda la película.





3 comentarios:

  1. La acabo de ver y tengo sentimientos encontrados, podría haber sido mejor, pero no es una mala pelicula para nada, se me hizo corta, algunos "plot holes" en algunas partes le quitan sentido, los personajes evolucionan muy rapido sin dar tiempo para adaptar o entender el cambio "el que mucho abarca poco aprieta". Si hubiera podido cambiar algo de la pelicula, hubiera sido que este chico, kyuta, a final de cuentas hubiera sido el hombre lobo de Ōkami Kodomo no Ame to Yuki, creo que hubiera sido una union perfecta.

    ResponderEliminar