En los últimos años la animación en España se ha ido consolidando como un sector cada vez más potente, sucediéndose en el tiempo la producción de varios largometrajes con un presupuesto considerable que se proyectan más allá de nuestras fronteras. Con un peso cada vez mayor como industria, son también más los jóvenes con vocación artística que ven en la animación una carrera de futuro. Pero, ¿qué caminos pueden seguir para llegar a convertirse en grandes profesionales? ¿Cómo descubren en cuál de los roles que se dan en una producción pueden despuntar?
Para conocer cómo se está formando esta nueva generación de profesionales de la animación hemos visitado la U-tad, Centro Universitario de Tecnología y Arte Digital con sede en Las Rozas, Madrid. Hace sólo unos pocos meses se tituló en esta universidad la primera promoción del Grado de Animación, un programa universitario oficial pionero en España. A juzgar por los numerosos reconocimientos que los trabajos de los alumnos han ido acumulando (segundo y tercer premio al Mejor Diseño de Personajes de Animación en el pasado Summa3D, Mejor Juego Universitario en las ediciones de 2015 y 2016 de Fun&Seriuos Game Festival, entre otros), imaginamos que en este campus se concentra mucho talento. Jóvenes llenos de ganas y afortunados, pues están en el entorno idóneo para desarrollar todo su potencial, junto al estudio de animación Ilion Animation Studios y al estudio de videojuegos Pyro Mobile.
¿Qué le pide un estudio de animación a un joven talento?
En este microcosmos de la animación y las nuevas tecnologías hemos podido charlar con José Antonio Rodríguez que, como Director académico del área de Animación y Diseño Visual en U-tad, es una de las personas que ha acompañado a estos chicos y chicas a lo largo de los cuatro años de Grado. José Antonio, que también fue Director de Producción en “Planet 51” (2009, Ilion Animation Studios), conoce bien qué es lo que un estudio de animación le pide actualmente a un joven que aspira a trabajar algún día en él: “ya no es suficiente tener conocimiento del software. Es necesario tener una base artística profunda y unos sólidos conocimientos en narrativa. Dependiendo de la especialización (modelado, animación, iluminación, etc.) también será imprescindible saber anatomía, acting, teoría del color y de la luz, fotografía… todo ello construido sobre el uso de la tecnología aplicada al arte. Y lo que se busca es ese talento aplicado. Por ello lo que más diferencia a un candidato, más allá de su curriculum, es su portfolio”.
Entrevistamos a José Antonio Rodríguez, Director académico del área de Animación y Diseño Visual en U-tad. |
Si antes la profesión de animador o de cualquiera de los perfiles que participan de una producción de animación tenía mucho de oficio, de aprendizaje en los propios estudios, ahora los chavales tienen más fácil el acceso a las herramientas y a los conocimientos que antes no podían adquirir por su cuenta. Pero también los estudios demandan juniors con una preparación previa más afianzada. “Hace unos años las empresas tenían que formar a los propios trabajadores y eso suponía un coste muy elevado”, nos explica José Antonio, “pero, aunque lógicamente siempre hay un periodo de adaptación, si una persona llega a un estudio con un buen portfolio, habiendo demostrado que tiene una base sólida de todos los conocimientos necesarios para trabajar en animación, y conoce las herramientas, esa persona puede entrar al día siguiente y empezar a producir”. Desde este planteamiento, nos señala la importancia que el centro da a la formación aplicada, en la que el alumno no sólo recibe conocimientos teóricos, sino que también adquiere habilidades prácticas, tanto dentro del aula, con los equipos y software que se va a encontrar en el mundo profesional, como en estudios y producciones reales.
A través del testimonio de tres alumnos del Grado de Animación de la U-tad, Silvia Camaño, Maca Gil y Javier de la Chica, conocemos de primera mano cómo los chicos viven esa preparación para su aplicación en empresas de animación y cuáles son sus primeros pasos para convertirse en profesionales. Al hablarnos sobre la formación que han recibido o están recibiendo, los tres coinciden en lo amplio y variado del programa. “En la carrera aprendemos el proceso entero de una producción, desde guión, arte, modelado, iluminación…pasamos por todas las fases. Lo bueno es que hay mucha gente que entra en la carrera sin saber exactamente a qué dedicarse y lo ha ido descubriendo. Muchos ha encontrado su vocación en una clase que no se esperaba”, nos cuenta Maca Gil.
Encontrar tu vocación
De los tres, Maca es quizás la que tenía más definido su perfil profesional incluso antes de empezar su carrera y, aún así, a lo largo de estos años ha descubierto el trabajo que de verdad le apasiona: el de storyboarder. “Yo llevaba dibujando toda mi vida y mi sueño era poder hacer de ello mi profesión. Miraba libros de Disney y lo que más me llamaba la atención era el diseño de personajes. Lo que quería era entrar en un equipo de Arte como diseñadora de personajes. Pero en la carrera tuve clase de Storyboard con Antonio Navarro, que ha trabajado para Disney y que es un genio, y me enamoré de la profesión, me gustó mucho la idea de participar tan de cerca en la creación de la historia”. Hace algo más de un año Maca comenzó unas prácticas en Ánima Kitchent precisamente dibujando storyboard y, ahora que se ha graduado, forma parte de su equipo a tiempo completo. “Ahora sé que quiero pasarme la vida haciendo storyboard”, nos confiesa.
Maca Gil trabaja actualmente como Storyboard Artist en Ánima Kitchent. |
Diseño de personaje elaborado por Maca Gil durante el Grado de Animación en U-tad. |
En el caso de Silvia Camaño, el tener acceso a una formación tan amplia le abrió los ojos a una profesión que desconocía. También perteneciente a la primera promoción del Grado de Animación, en la actualidad trabaja en Ilion como artista VFX. “Antes de conocer la U-tad no sabía que existía una carrera de animación, que era algo que siempre me había gustado. Empecé la carrera pensando en convertirme en animadora y más tarde descubrí que lo que me gusta es hacer efectos especiales, que era algo que en primero ni me imaginaba. En ese primer momento tampoco sabía lo que era ni cómo se podía llegar hasta ahí”.
Silvia Camaño, alumna de la primera promoción del Grado de Animación de U-tad, es VFX Artist en Ilion Animation Studios. |
Algo similar le ocurrió a Javier de la Chica, que actualmente está en cuarto curso de este mismo Grado y que no hace mucho descubrió que “lo que más me gusta es el desarrollo de proyectos, la dirección y el guión, que son cosas que dimos en tercero. Hasta entonces tenía en mente dedicarme a shading y lighting, que no me deja de gustar, pero mis preferencias han ido cambiando mucho. A medida que vas teniendo asignaturas te apasionas con una o con otra, hasta que llegue otra que te apasione más”.
Javier de la Chica, alumno de 4º del Grado de Animación en U-tad, es el responsable de "Berks". |
Canalizando la creatividad
Aunque Javier aún no se ha graduado, realmente apunta maneras como Director de animación, como demuestra la capacidad e iniciativa que está teniendo para desarrollar el proyecto “Berks”, por el cual fue seleccionado para participar en la última edición de Bridging the Gap y Cartoon Springboard.
“Berks” es una serie de animación 2D que da una vuelta cómica a la idea de encontrar vida inteligente en el espacio de la ciencia ficción. “En este caso, los humanos encontramos vida extraterrestre, pero no inteligente: encontramos unos bichos idiotas –los Berks-, nos los traemos a la Tierra y un poco también vamos demostrando que nosotros somos más idiotas aún”. Javier nos explica el planteamiento que da origen al proyecto de esta divertida serie, que ya tenía en mente desde hacía tiempo y a la que pudo dar forma en una de las materias del tercer curso del Grado: “en la asignatura Presentación de proyectos teníamos que desarrollar un proyecto y hacer un pitch. Yo presenté “Berks” y a mis compañeros les gustó mucho la idea. Fue una sorpresa y me sentí muy gratificado”.
Imágenes del proyecto de serie "Berks", de Javier de la Chica. |
Precisamente fue José Antonio Rodríguez, su profesor en esta asignatura, el que le animó a presentar el proyecto al laboratorio de animación Bridging the Gap, que tuvo lugar este verano en Valencia. Durante una intensa semana de taller, Javier tuvo la oportunidad de conocer a otros participantes de distintos países y de recibir los consejos de grandes profesionales y expertos en producción: “Lo que al principio era una actividad para clase creció mucho más. Fue una semana tremenda, hablando con profesionales de Walking the Dog, de Disney Channel, con Nicolas Schmerkin de Autour de Minuit…gente muy importante que nos dio una visión muy interesante de los proyectos”. A su regreso a Madrid y con este feedback tan valioso, Javier, junto a otros compañeros de U-tad que se sumaron al proyecto, continuó desarrollándolo para pesentarlo, también por recomendación de José Antonio, al festival Cartoon Springboard. Finalmente “Berks” fue seleccionado para participar en este evento para jóvenes talentos que se ha celebrado el pasado mes de noviembre en Halle, Alemania, y en el que Javier ha podido presentar el proyecto a un panel internacional de expertos del mundo audiovisual. “Allí nos reencontramos con mucha gente con la que ya habíamos coincidido en otros festivales, pero también conocimos a otros profesionales del sector que nos dieron muy buenas ideas para seguir trabajando en el proyecto y, obviamente, alguna crítica, que siempre es positivo. La verdad es que ha sido una experiencia genial”.
El de Javier de la Chica es un caso claro de cómo un proyecto que parte de las aulas puede despegar si encuentra las herramientas y la orientación necesaria. Y es que, como nos cuenta José Antonio Rodríguez, estos jóvenes universitarios que han elegido la carrera de Animación son un torrente de creatividad y de aire fresco: “vienen con ideas totalmente diferentes de las que estamos acostumbrados a ver. Son historias y formatos que no se nos hubieran ocurrido a personas de 35 o 45 años”.
Pero, ¿cómo canalizar esa creatividad en plena ebullición que se genera entre los estudiantes para que puedan desarrollar todo su potencial? José Antonio nos explica la filosofía de la U-tad en ese sentido: “en la universidad tenemos una política de aulas abiertas: cuando no hay clases, las aulas y los equipos están a disposición de los alumnos, tanto para realizar los trabajos del Grado como para avanzar en sus proyectos personales. Por otra parte, a partir del segundo años les pedimos que piensen qué proyectos quieren proponer ellos a la universidad y, al comienzo de tercero, presentan los cortos, videojuegos, proyectos de VR o de otro tipo en los que quieren trabajar. A partir de ahí, de forma paralela al Grado, empiezan a desarrollar esos proyectos con nuestra supervisión, pero ellos son los directores, los productores, los modeladores…los profesores les marcamos un poco el ritmo y les ayudamos, supervisamos cada fase del proyecto y, si se quedan atascados en algún punto, organizamos una tutoría o una masterclass con ellos”.
Los primeros pasos en el mundo profesional
En estos proyectos que nacen en el seno de la universidad pueden llegar a trabajar más de treinta alumnos, a menudo de distintos Grados (Animación, Diseño Visual de Contenidos Digitales, Diseño de Productos Interactivos, Ingeniería en Desarrollo de Contenidos Digitales), “lo cual es muy interesante porque empiezan a recrear lo que se van a encontrar en el mundo profesional con gente completamente diferente de ellos”, nos explica José Antonio.
Cuando Silvia Camaño dio el salto al mundo profesional, tuvo la oportunidad de aplicar todo lo que había aprendido durante los años de carrera, encontrándose cómoda con las herramientas y los procesos que ya había conocido en la universidad. “Cuando en una entrevista me han preguntado qué sabía hacer podía responder ‘lo que tú quieras’, porque no te has formado en una cosa concreta, sino que conoces todos los pasos de la producción y cuando te incorporas a una empresa tienes la flexibilidad de hacer muchos trabajos diferentes y seguir formándote para especializarte en una parte en concreto”. Silvia es un ejemplo de alumna inquieta que no quiere dejar de desarrollarse y aprender cosas nuevas. Ahora compagina su trabajo como VFX Artist en Illion Animation Studios con un curso de Experto en Rigging y Character FX, también en U-tad. Y aunque todo ello le supone muchas horas cada semana, se confiesa feliz por poder dedicarse a lo que le apasiona: “cuando me levanto por las mañanas para ir a trabajar, no lo veo como un sacrificio. Incluso ir a clase los sábados no me importa, porque voy a hacer algo que me gusta”.
De los alumnos de esta primera promoción del Grado de Animación que acaba de titularse o está a punto de hacerlo, a falta de entregar el proyecto final, aproximadamente la mitad ya está trabajando en un estudio, cerca de un 30% ha decidido seguir formándose y hacer un postgrado, como es el caso de Silvia, y un 20% está ultimando su portfolio y enviándolo a distintas empresas para encontrar el puesto en que desarrollarse profesionalmente, según nos explica José Antonio Rodríguez.
El de Maca Gil es otro caso de alumna graduada en Animación que ya ha encontrado su hueco en el mundo profesional. Durante cuarto curso estuvo combinando esa primera experiencia laboral como artista de Storyboard en Ánima Kitchent con sus estudios. Ahora, ya titulada, forma parte de este estudio de animación responsable de "Piny" y "Cleo Telerín", dos proyectos transmedia dirigidos al público infantil en los que Maca ha tenido la oportunidad de trabajar.
Con más autonomía y responsabilidad, aunque desde que comenzó se sintió integrada en el equipo de Ánima Kitchent, nos habla ilusionada sobre su participación en estas series: “Hice storyboards para los primeros capítulos de 'Piny', que se está emitiendo en Disney Channel. La veo todos los domingos, me hace muchísima ilusión. Luego entré en el equipo de la 'Familia Telerín' porque estaba comenzando y necesitaban más gente. El estilo y el target eran muy distintos a los de 'Piny' y al principio me costó, pero ahora me noto mucho más suelta. He aprendido a adaptarme a distintos estilos y a dibujar poses expresivas que el animador pueda interpretar bien”. Maca nos cuenta que tiene muchas ganas de ver un primer episodio de la Familia Telerín animado, algo en lo que el estudio está trabajando con mucho mimo, aunque aún no conocemos fecha de emisión prevista.
¿Quedarse en España o trabajar fuera?
Cada vez más talento nativo y formado encuentra posibilidades de trabajar en productoras españolas, como en los casos de Silvia Camaño y Maca Gil. Respecto a la posibilidad de salir al extranjero para explorar otras oportunidades, los alumnos con los que hemos hablado ven atractiva esta opción, pero afirman que la animación española se encuentra en un buen momento y que les apetece aprovecharlo. “Me encantaría trabajar en Disney, Pixar o Cartoon Network, pero también estoy cómoda aquí y la animación en España está creciendo muchísimo”, nos cuenta Maca. De momento esta joven, entusiasmada con su trabajo actual, nos confirma que se queda en Madrid, donde Ánima Kitchent mantiene su sede a pesar de haber abierto recientemente una nueva en Canarias, donde ha establecido un equipo de animadores 3D.
Por su parte, Javier de la Chica nos comenta que le apetecería vivir la experiencia de trabajar en otro país, “pero de momento tengo ganas de trabajar aquí. Creo que ahora mismo es el momento de las coproducciones y del trabajo internacional. Gracias a los festivales a los que he ido he podido conocer gente de todos sitios y eso me gusta mucho. Pero en España se están haciendo cosas muy interesantes”.
Silvia nos dice sentirse afortunada por haber podido encontrar el trabajo que le gusta en su propio país: “a diferencia de lo que ocurre tras hacer otros estudios, nosotros ahora tenemos la suerte de poder trabajar en empresas como Ilion, en España. Ahora mismo quiero aprovechar todas las oportunidades aquí”.
Efectivamente, la animación en España está viviendo buenos tiempos. José Antonio Rodríguez, desde su amplia experiencia en el sector, comparte con nosotros su análisis: “La animación española como industria ha conseguido lo que era más difícil, que es ganar el reconocimiento del público. El público general ya percibe la animación española como animación de muchísima calidad. Tenemos muchos ejemplos de éxito, como ‘Planet 51’, que fue la primera en romper esa barrera, ‘Tadeo Jones’ o ‘Atrapa la bandera’. Todo ello gracias también a todos los pioneros que han ido colocando a España en la posición en la que está ahora, como las empresas que en los 80 y principios de los 90 hicieron posible la Edad de Oro de las series de animación españolas, o productoras como Dygra, que con “El bosque animado” es una de las que ha peleado por mantener el listón muy alto en largometrajes”.
La animación española vista por la nueva generación
Ese gran reconocimiento a la animación española por parte del público “es algo que hay que cuidar y mimar, porque es difícil de conseguir”, según el Director académico de Animación y Diseño Visual de U-tad. José Antonio nos recuerda que nunca como en los años 2015 y 2016 se habían dado en España tantas producciones de animación de presupuesto alto desarrollándose simultáneamente ('Ozzy', 'Deep', 'Animal Crackers', 'Tadeo Jones 2: el secreto del Rey Midas', 'Klaus'…). Además, se ha producido “un hito que no habíamos conseguido nunca, que es que un gran estudio americano como Paramount confíe en una productora española –Ilion Animation Studios- para hacer su próxima película de más de 100 millones de dólares de presupuesto, incluso compitiendo en desigualdad de oportunidades en cuanto a incentivos fiscales con otros países”.
Efectivamente, el largo en el que actualmente está trabajando Ilion parece prometedor, aunque aún no nos pueden contar mucho sobre él. Como nos dice Silvia, “Cuando entras a trabajar en el estudio ya sabes que eso es secreto y que no vas a poder decir nada hasta que se comunique oficialmente, pero en mi caso no lo llevo mal”.
Al margen de los proyectos que conocen desde dentro, queremos saber qué visión tienen estos jóvenes talentos sobre el panorama de la animación en España. Todos coinciden en que en los últimos años se vienen desarrollando proyectos de altísimo nivel, pero ¿en qué podríamos seguir mejorando? Javier de la Chica destaca películas con personalidad propia como “Mortadelo y Filemón contra Jimmy el Cachondo” y trabajos como el de Rafa Vera (VerJim Animation Studio), pero opina que en España “hacemos siempre películas muy del estilo de las americanas. Creo que hay ejemplos que denotan una esencia propia del cine español que sí me gustaría ver un poco más reflejado”.
Por su parte, Maca Gil reconoce el mérito del proyecto de SPA Studios “Klaus”, que “ha ganado mucha atención en todo el mundo. Es muy bonito que pase eso en España”, aunque reconoce que le gustaría ver ideas más frescas en el cine de animación español: “estaría bien que se considerasen más proyectos de gente joven, historias que no sean las típicas comedias”. Nos pone el ejemplo de “Kubo y las dos cuerdas mágicas”, la que es su película de animación favorita de 2016.
Con esta nueva cantera de profesionales de la animación y el impulso que ya lleva el sector no nos queda duda de que en los próximos años veremos grandes proyectos, tanto a nivel técnico como de contenido, Made in Spain. Como nos dice José Antonio Rodríguez, los frutos del trabajo de esta joven generación bien formada “se están empezando a ver ya, pero se verán más dentro de unos años. Aunque no hace falta esperar para comprobarlo: los países en los que la formación en animación ha tenido una consideración universitaria desde hace tiempo, como Francia, Estados Unidos o Canadá, son los países que han conformado una industria más potente. En España esa es una vieja reivindicación del sector y creo que aquí pasará como en aquellos países, y que los pasos que estamos dando ayudarán a consolidar la industria de la animación española”.
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