martes, 13 de diciembre de 2016

Axel, el pequeño gran héroe

Llega a las salas de cine españolas esta producción china de 2014, escrita y dirigida por Leo Lee, y protagonizada por unos curiosos personajes de cuadradas cabezas y una sola pierna, habitantes de otro planeta, que plantearán a los jóvenes espectadores el significado de la heroicidad.


La historia de la película parte de que el Planeta Cacahuete está sufriendo una grave sequía que afecta al crecimiento de los cactus Bonta, los cuales han alimentado a sus habitantes durante generaciones. El joven Axel, un famoso alborotador de una ciudad del desierto llamada Baraboo que padece especialmente las consecuencias del cambio climático, tiene una visión de un milagroso bosque de Bontas que podría salvar a la ciudad, por lo que emprende un viaje con su mejor amigo, el tímido Jono, en busca de ese oasis. Durante el viaje, se cruzan con innumerables peligros, pero también entablan amistades, especialmente con un avestruz gigante llamado Pedotron, que se convierte en su fiel compañero, y con el rey Papa Qi y su hija la princesa Gaga.
Tratándose de un largometraje de tipo familiar dirigido claramente a un público infantil, resulta destacable la originalidad de una propuesta que parte del tradicional planteamiento en torno a la odisea de un par de amigos en busca de un bien superior, pero transcurre en unos paisajes nuevos y está protagonizada por unos curiosos personajes cuyo diseño resultará atractivo y simpático para el público al que va destinada la película. No faltan en su sencilla historia notas de humor (a menudo con una tonalidad marrón debido a las frecuentes ventosidades de una especie de avestruz mecánico) y mucha acción a lo largo de un metraje cuyo principal valor didáctico reside en demostrar que la heroicidad no reside en ser o considerarse el mejor sino en saber trabajar en equipo y ser solidario con los demás, y que también encierra cierto mensaje en favor del medio ambiente. 
En todo caso, se pone de manifiesto una excesiva sucesión de malas decisiones sobre encuadre y movimientos de cámara y errores de montaje que a menudo llevan a no saber dónde están o qué ocurre con los protagonistas o rompen el ritmo de la película. Por otra parte, el final de la historia deja cierta sensación de desengaño por cuanto deja sin resolver la trama principal del largometraje.
El diseño de los personajes es ciertamente original y resulta como mínimo curioso y sin duda simpático para el público infantil, tanto en la concepción de unos seres consistentes en una sola cabeza cuadarada de la que parten un par de brazos y una sola pierna sobre la que se sostienen, como en lo que concierne a los seres mecánicos, significativamente el avestruz Pedotron y el Rey Lagarto y su ejército de reptiles. Sin embargo, ese mismo diseño de los protagonistas evidencia las limitaciones de una animación que no pasa de un nivel ajustado y debe recurrir muy a menudo a soluciones ciertamente artificiosas para superar las dificultades que unos rostros poco expresivos y una sola pierna sin tronco plantean.

Lo mejor: los niños y niñas a los que va dirigida la película se encontrarán con una historia y unos personajes originales que les enseñarán lo que de verdad importa para ser un héroe.
En contra: la frecuencia con que se muestran encuadres y movimientos de cámara que despistan de lo que les ocurre a los protagonistas y marean al espectador.

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