martes, 13 de diciembre de 2016

La animación sigue olvidada en los premios españoles

Hoy se han conocido las películas finalistas a los XXII Premios Cinematográficos José María Forqué, que organiza la Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales EGEDA y cuya gala se celebrará el próximo 14 de enero en el Teatro de la Maestranza de Sevilla, y hace unos días se anunciaban los trabajos nominados a los Premios Feroz 2017, que entregará la Asociación de Informadores Cinematográficos de España el lunes 23 de enero del próximo año en el Palacete de los Duques de Pastrana de Madrid. En ambos casos se da la circunstancia de que ninguna película de animación se encuentra entre los finalistas a ninguno de los premios, lo cual sigue poniendo de manifiesto que las entidades organizadoras siguen sin saber o querer dar a las producciones de animación españolas la categoría que sepa reconocer las especifidades inherentes a las mismas. En efecto, entre las películas que se han tenido en cuenta en las deliberaciones para ambos premios se han incluido las películas de animación, pero se las hace competir junto a las películas de imagen real:  en el caso de los premios Feroz, que nunca han tenido una consideración específica hacia el cine de animación a pesar de ser unos premios bastante jóvenes y que en cambio sí tienen categorías especiales para el mejor tráiler o el mejor cartel, se las hace competir en la categoría de películas de comedia, con lo que ya no sólo se desconocen las peculiaridades de la producción de animación sino que incluso se ignora el hecho de que la animación es capaz de plasmar tanto la comedia como el drama o cualquier otro género del cine; y en el caso de los Premios Forqué, creados en en 1996, y que desde la edición de 2003 hasta la del 2015 contemplaron una categoría especial compartida de los largometrajes documentales  y las películas de animación, sucede que desde el año pasado éstas se toman en consideración junto a todos los largometrajes de ficción, mientras sí se continúa respetando la especifidad de los documentales, que tienen reconocida una categoría en solitario. Por otra parte, el año pasado se introdujo en los premios Forqué la categoría "Premio al Cine y Educación en Valores", que otorgan conjuntamente los productores audiovisuales y la Fundación de Ayuda a la Drogadicción con el objetivo de  reconocer las cualidades de un filme como recurso educativo para trabajar valores en niños y adolescentes, y que en la edición anterior permitió premiar al largometraje "Atrapa la Bandera" de Enrique Gato; pero también en esta categoría las películas de animación concurren junto a las producciones de imagen real, con lo que no sirve para reconocer sus especifidades, y de hecho este año ninguna película de animación ha resultado finalista para el premio.
Sí que es cierto que este año se encuentra entre las películas nominadas de ambos galardones la producción "Un Monstruo Viene a Verme", de J.A. Bayona, que si bien está considerada en los medios como una película de imagen real, contiene fragmentos exclusivamente de animación y en las escenas supuestamente de imagen real está basada en una buena cantidad de grafismo generado y animado por ordenador. Resulta en todo caso evidente, por el perfil de la categoría en que se halla incluida, que no van a ser los méritos de la animación específicamente los que hayan tenido un peso importante en las deliberaciones que han conducido a su nominación y que puedan conducirla finalmente a la recepción de los premios.


Lo que está claro es que el cine de animación es una forma de expresión cinematográfica que tiene sustanciales diferencias respecto del cine de imagen real que justificarían al menos una categoría de premios  propia; sus especifidades no tienen parangón en el cine de imagen real, y al ignorarlas haciendo competir el cine de animación directamente con aquél, se demuestra como mínimo un trato inadecuado, revelador de que muchos informadores consideran la animación un género o una forma de expresión menor.
Seguramente existe por parte de algunos productores de animación españoles y de otros actores del sector un esfuerzo para que esta realidad cambie y finalmente se reconozca la especialidad del cine de animación en todos los premios de cine del país, pero de momento ello no está dando resultado y está claro que es necesario un esfuerzo y una insistencia aún mayores.
Afortunadamente hay organizaciones, más allá de la Academia del Cine y sus Goya, que ya han demostrado hace tiempo este reconocimiento, como los Premis Gaudí de la Acadèmia del Cinema Català o el Círculo de Escritores Cinematográficos, que en su próxima 72 edición de las Medallas CEC se espera que volverán a otorgar un galardón al mejor largometraje de animación.

¿Qué opináis sobre el reconocimiento de la animación en España?

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