Desde Rusia nos llega esta película de 2011 que plantea una historia exclusivamente dirigida al público infantil en torno a los personajes de la serie de TV "Kikoriki", protagonizada por unos animales de forma redondeada cuyas aventuras se desarrollan en la paradisíaca isla que da título a la producción. Planteada en forma de precuela de la serie, la película acerca a los cines a los conocidos personajes y les da volumen mediante una factura en 3D.
Establecidos en la isla de Kikoriki, sus habitantes viven una vida alejada del mundanal ruido de la ciudad hasta que descubren un aparato de televisión. Los protagonistas se obsesionan rápidamente con un programa protagonizado por Lucien, un superhéroe que defiende su ciudad del malvado Caligari, y convencidos de que el mundo está en peligro, deciden ir a la gran ciudad para ayudar a Lucien a salvar a la humanidad. Sin embargo se les ha olvidado un pequeño detalle: no todo lo que vemos en televisión es siempre cierto... Con las mejores intenciones, los Kikorikis se embarcarán en una aventura urbana llena de sorpresas y de situaciones entre cómicas y peligrosas, ajenos a que el personaje que interpreta a Lucien tiene otras preocupaciones más mundanas.
Dirigida por Denis Chernov, director de la serie original, la película desarrolla una historia ligera pero divertida que abunda en los valores que transmiten los episodios televisivos: el gran poder de la amistad, el apoyo mutuo y el trabajo en equipo, con los cuales es posible vivir en paz y superar la mayoría de obstáculos.
Por primera vez se presenta a los personajes de la serie con volumen y entornos tridimensionales, algunos de los cuales, como la ciudad donde se enfrentan Lucien y Caligari sorprenden por su detallismo e imaginación. En cualquier caso, los acabados están bastante alejados del nivel de las películas más recientes, y si bien consiguen efectos bastante convincentes con el agua, por ejemplo, denotan limitaciones en iluminación y también en texturas; en este sentido, todos los personajes comparten la misma piel, y hubiera sido un detalle que pudieran mostrar un pelaje más aproximado a la especie que representan. Tampoco contribuye a la mejor expresión de las posibilidades de la animación el hecho de que la película esté protagonizada por seres esféricos con brazos cortos y piernas casi inexistentes, aunque dentro de las restricciones que la forma de los personajes implica, el papel que éstos representan está correctamente ejecutado y es suficiente para hacer pasar un buen rato a los niños y niñas, que son en definitiva los receptores de la película.
Lo mejor: mediante una entretenida aventura la película enseña a los más pequeños la importancia de ayudarse y de contar con amigos.
En contra: una trama algo repetitiva en cuanto a las dificultades a las que harán frente los protagonistas.
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