El próximo día 24 se estrena en las salas de cine españolas el largometraje de animación ganador del Goya 2017, "Psiconautas. Los Niños Olvidados". Con ocasión de su preestreno no desaprovechamos la ocasión de hablar con sus directores, Alberto Vázquez - doble ganador del Goya, al obtener también el galardón al Mejor Cortometraje de Animación por "Decorado" - y Pedro Rivero, tanto en rueda de prensa como en una entrevista posterior.
Pedro Rivero viene tiene tras de sí un estrecho vínculo con el cine de animación, al haber trabajado como guionista en varias series de animación desde "Los intocables de Elliott Mouse" (1996) y también para la industria del cine, destacando su trabajo en "Goomer" (1998), de Carlos Varela y José Luis Feito, hasta que en 2001 crea su propia empresa de producción, Abrakam Estudio. Desde allí produjo "La Crisis Carnívora", estrenada en 2008, y entraría posteriormente en contacto con Alberto Vázquez para coproducir la película basada en su cómic "Psiconautas".
Alberto Vázquez, por su parte, es ilustrador y dibujante de cómics y también director de animación desde su trabajo conjunto con Pedro Rivero en el cortometraje "Birdboy" (ganador del Goya en 2012), que se creó como primer paso para ver si serían capaces de llevar adelante un largometraje basado en la novela gráfica "Psiconautas". A partir de entonces ha dirigido igualmente otros cortometrajes, entre los que destacan "Sangre de Unicornio", nominado a los Goya en 2014, y "Decorado", ganador del Goya este año.
EL ORIGEN
Fue Pedro Rivero el responsable de la idea de llevar "Psiconautas" al cine. El realizador vasco nos lo cuenta así: "Es casi una historia de Navidad porque yo fui a comprar un cómic como
regalo para un familiar y el editor de Astiberri, que es al mismo tiempo
el dueño de la tienda Joker en Bilbao, me recomendó 'Psiconautas'.
Entonces yo la cogí y como estaba en un estado un poco de depresión
porque en aquel momento había algunas dudas sobre si íbamos a poder
distribuir o no comercialmente mi primer largometraje, 'La Crisis
Carnívora', caló perfectamente en mí ese estado de ánimo que se respira
en el cómic y lo que ví en él me deslumbró porque lo que yo había
intentado hacer con mi anterior película era también jugar con la
iconografía de los animales antropomórficos y un poco con lo que
conocemos de Disney y de los dibujos animados para contar una historia
que no terminé de rematar, desde luego no del modo en que lo hizo
Alberto. Alberto plantea una narración sin ninguna concesión en la cual
te puedes sentir identificado en todo momento con los personajes, puedes
compartir todas sus vivencias, y eso me llevó a decir 'este hombre con
este cómic ha hecho todo lo que yo quería decir con una película y no he
conseguido'; hay que aprender de tus errores y saber reconocer
cuando hay quien hace un trabajo sobresaliente, y ante el vértigo de
qué iba a ser lo siguiente que iba a hacer pensé que sería un estímulo
partir de una obra que ya para mí tiene una narración muy sólida y llamé
a Alberto, sin conocernos previamente, y le propuse la idea de hacer
una película de animación a partir de sus cómics. Él estaba en un
momento en que tampoco el cómic en España daba para muchas alegrías y
fue una buena combinación, o un accidente o una ocurrencia afortunada el
ponernos en contacto porque a mí me ha permitido salir de esa depresión
después de mi primera película y a Alberto le ha permitido también
entrar dentro del mundo de la animación y espero que sea para quedarse.
En todo caso, Pedro y Alberto no se pusieron inmediatamente a desarrollar el largometraje, sino que quisieron probar primero con un cortometraje, que fue - como se ha comentado - "Birdboy". Según Pedro Rivero, "Birdboy" les sirvió como una primera prueba para ver cómo desarrollar el trabajo y también les dió la necesaria credibilidad hacia los productores, que confiaron en que iban a ser capaces de terminar la película. De este modo, se inició hace unos siete años la producción del largometraje, una producción gallego-vasca que se llevó a cabo en La Coruña, con la participación de
artistas gallegos, catalanes, vascos e italianos. La postroducción,
el doblaje, el montaje y los sonidos se realizaron en el País Vasco.
LA PELÍCULA
"Psiconautas. Los Niños Olvidados" da cabida a una galería de seres antropomórficos que habitan una isla arrasada por un accidente industrial; Birdboy y Dinki perdieron a sus padres y hubo un tiempo en que afrontaron
juntos su dolor, pero Birdboy vive ahora aislado en el bosque,
consumiéndose frente a sus demonios interiores, y ajeno a que Dinki ha decidido emprender un arriesgado
viaje en busca de un lugar mejor.
La película despliega un universo desolador, representando muchas de las
enfermedades y problemas que afectan al mundo actual. Según el ilustrador y autor gallego ese aire se desprende ya de su novela gráfica, donde "lo que hice fue un poco mirar
hacia el interior e intentar representar un poco las cosas de la
adolescencia pero en un mundo fantástico, y crear un mundo en el que
todo pudiese ocurrir. (...) El cómic yo lo creé con 22 años y sólo podía
hablar de la adolescencia en esa época. Al mismo tiempo me gustaba la
libertad que te daba todo esto de crear un universo propio y de las
fábulas, los cuentos... en los que tú puedes inventarte tu propio
imaginario: por eso están los animales, están los demonios, pero también
están las enfermedades representadas por metáforas.. y toda esa
libertad transcurre en la película. Y al mismo tiempo, al ser una
historia libre el final tiene que ser como tiene que ser y nos hemos
dejado llevar, tanto en el cómic como en la película, por el tipo de
final que pedía la historia: no podíamos acabar con un final
abiertamente negativo ni abiertamente positivo. Tiene un punto de
desolación pero al final siempre hay un punto de luz."
Alberto Vázquez utiliza los animales en buena parte de su obra gráfica y su película recuerda en ciertos aspectos a la obra 'Maus' de Art Spiegelman; no es extraño, puesto que, según el ilustrador y director, "'Maus' fue el primer cómic que me leí en mi vida, salvando los Astérix y
similares, y cuando cayó ese cómic en mis manos con dieiciocho años me dije 'con
el cómic se puede contar todo', y es un medio artísticamente
superpotente, superpoderoso, económico de realizar porque estás
trabajando tú solo con tu plumilla y tu tinta (...) 'Maus' cuando lo leí
me encantó, y a raíz de él empecé a hacer cómic".
"Psiconautas" desarrolla una historia para un público adulto pero juega
con el imaginario infantil de las fábulas y los animales antropomórficos, manifestando un evidente contraste entre forma y fondo; para Alberto Vázquez "es pervertir lo que es la idea de Disney o de las
series de anime de televisión para hablar de problemas mucho más
realistas". Por otro
lado está la utilización de los animales como iconos universales sin
tiempo ni lugar, con lo cual la historia se convierte en una fábula
anacrónica; según el realizador gallego "los animales remiten al mundo del cuento, de las fábulas, y nos gustan
porque son atemporales, no tienen tiempo ni tienen lugar: nuestra
historia uno no sabe si es española, si es japonesa o si es europea, no
se sabe bien dónde ubicarla. Además empatizan con el espectador, porque al ser
iconos remiten a cosas que ya conocemos, sea de las fábulas o de series
infantiles de televisión, los cuentos..".
De este modo, el sentido metafórico es importante en el imaginario propio de Alberto Vázquez y Pedro Rivero; como dice el primero: "Son imágenes poderosas que quedan ahí y que dejan una
puerta abierta al simbolismo y a la propia interpretación. Pequeños
cabos para que la gente se deje llevar". Pedro Rivero alude desde este punto de vista a los psicopájaros, que son todos los demonios interiores que tiene Birdboy:
"en nuestro imaginario son todas las pesadillas que le habitan y que
tienen su origen en el dolor por la muerte de su padre y de todo lo que
ha ocurrido en la isla. Es toda esa rabia contenida y ese dolor que
aparece en los momentos en los cuales él se deja ir, en sus
alucinaciones. (...) Dinki, de algún modo tiene
que enfrentarse con ellos; es una metáfora sobre enfrentarse a los
propios demonios".O en el caso de la araña que parasita a la madre
de chico cerdo, aquélla representa la enfermedad y la dependencia de
los calmantes que le trae su hijo.. y "apela al desdoblamiento que
sufrimos muchos en situaciones de enfermedad".
También los lugares que aparecen en la película tienen un sentido expresamente buscado en ese simbolismo global. Como recuerda Alberto Vázquez: "Yo soy de La Coruña, que es una península rodeada de agua por todos los
lados, con lo cual es casi una isla. Y la isla es una metáfora muy evidente del aislamiento: vivir en una isla es como vivir
aislado del mundo". Añade el realizador que "en todas las culturas está el bosque, la isla, el faro... como elementos metafóricos universales, lugares comunes a todos los cuentos y a todas las culturas".
LAS DIFICULTADES DE LA ADAPTACIÓN
Preguntado sobre la fidelidad de la película respecto de su obra, Alberto Vázquez reconoce que tras haber pasado por un proceso muy largo, la película es completamente fiel: "lo que pasa es que ha habido que adaptar el lenguaje del cómic puesto que trasladado como tal al lenguaje audiovisual daba para 40 minutos escasos; entonces hubo que hacer más tramas y trabajar la historia, puesto que al final el lenguaje del cómic y el lenguaje de animación si bien son parecidos tienen también muchos aspectos que no tienen nada que ver, y funcionan cada uno con sus propias reglas. Hubo que hacer más tramas, hubo que pensar en todas las transiciones, hubo que hacer nuevos personajes... Si lees el cómic es lo mismo, pero como una síntesis de la historia que se ve en la película".
Según cuentan sus realizadores la adaptación permitió extenderse más en cosas que estaban ya apuntadas en la novela gráfica, pero que el formato
más extenso del largometraje les permitió profundizar más, y darle más
solidez a cada uno de los personajes. Precisamente cada uno de los personajes tiene una historia que bien podría ser un corto dentro de la película; como explica el director gallego: "Está planteado como microcortos para cada uno de los personajes, cada uno de los cuales tiene un final cerrado. Son historias cruzadas todo el rato". Y añade, "tuvimos problemas porque no queríamos perder la narración
fragmentada que tenía el cómic, puesto que nos parecía una apuesta
narrativa interesante y única, pero al mismo tiempo queríamos que la
película no fuese aburrida, y al mismo tiempo que fuera artística y que
fuera simbolista. Al final dijimos 'vamos a hacer de este problema un estilo propio, y en vez de intentar ocultarlo vamos a potenciarlo'. El problema de todo ello es que tienes que velar porque esté todo siempre equilibrado, así que una de las cosas que siempre estábamos
haciendo era como un puzzle: si movíamos una escena aquí, ¿qué pasaba
entonces con todas las demás? Había que andar con cuidado de no desarmar
el castillo de naipes; (...) una escena va a ser un poco violenta, la siguiente con un poco de humor, la siguiente con un poco de intimismo, .. y estás siempre buscando un equilibrio y jugando en la cuerda floja. Y a veces salimos bien parados y otras veces igual no tanto, pero fue una apuesta narrativa y éramos conscientes de ello y decidimos ir por ahí". Aunque como advierte Pedro Rivero: "Lo importante era mantener el pulso en el camino que emprenden Dinki y Birdboy y nuestra obsesión era que eso progresase junto con las demás historias, cruzándose, pero que en ningún momento perdiéramos de vista esa progresión".
Alberto también explica que la determinación por ser bastante fieles al cómic planteaba problemas con los flashbacks: "Los flashbacks y las narraciones digresivas en el cómic, al igual que en la literatura, funcionan bastante bien porque el lector elige el ritmo al que quiere leer la historia y si se pierde vuelve hacia atrás y ya está. La animación y el cómic son primos pero no son hermanos: el cómic es
mucho más libre y más cercano a la literatura en el sentido de que
puedes irte por las ramas, puedes hacer flashbacks, puedes hacer
microhistorias dentro de historias, puedes mezlar pensamientos propios del personaje con cosas que ve e irte a lo más abstracto, porque el lector puede parar cuando quiera y puede entender que
entre viñeta y viñeta haya unas elipsis temporales brutales. Mientras
que en la animación debes darlo todo comido y bebido, debiendo tener
mucho cuidado con las elipsis o con los flashbacks, por ejemplo, puesto
que en el cine detienen mucho el tiempo y porque se puede perder al espectador; hay que dárselo todo ya mascado y tener cuidado de no despistarle. Y en ese sentido, el salto del cómic a la animación fue una de las cosas que más me costó".
El sentido artístico de la novela gráfica y del oficio de Alberto Vázquez como ilustrador es otro de los rasgos más característicos de la película. Dice aquél que "me gusta que los dibujos sean bonitos, aunque sean decadentes o
deprimentes. Yo he trabajado y sigo trabajando en ilustración (tengo
doce libros publicados en varios países) y aplico mucho la ilustración a
la animación porque la ilustración es añadir conceptos al dibujo, o
metáforas, y eso es una cosa que me gusta cuidar y que la tengo metida
dentro como ilustrador, y la animación ha sido como abrir otro campo".
LOS RETOS DE LA PRODUCCIÓN
Para Pedro Rivero "Psiconautas. Los Niños Olvidados" representa su segunda experiencia como director de un largometraje de animación, y en esta ocasión parece que la experiencia ha sido más gratificante que con su primera película: "En mi caso en mi primera película era el productor principal, era el
director, el guionista.. cumplía muchos roles y creo que ello supeditó
mucho mi capacidad de entendimiento de la producción e incluso poder
valorar el trabajo que estaba haciendo en una producción que fue muy
complicada para mí, mientras que en el caso de 'Psiconautas' el hecho de
poder trabarla en equipo ha sido fundamental. Alberto además se ocupaba
de la dirección de arte, un aspecto que es esencial en una producción
de animación, y desde luego yo sentí una presión menor de la que yo
tenía en mi primer largometraje, sobre todo porque estaba trabajando con
un equipo muy comprometido con sacar adelante la película. Así que el
verdadero reto fue que la narración mantuviese el tipo en todo
momento: mi preocupación principal a lo largo de toda la película, al
mismo tiempo que llegar a todos los plazos y poder gestionar la
complejidad de una película tan pequeña - de hecho te podía
atacar un poco los nervios ver que pendía una espada de Damocles y que tenías que llegar sin el tiempo ni los recursos suficientes - era no
perder en ningún momento de vista que la narración pudiera fallar por
descuido o por falta de recursos o por lo que fuera, y que mantuviese el
tipo en cada uno de los planos para que no hubiera nada que estuviera
fuera de sitio. El reto fue, pues, poder asegurar que la película fuera
coherente de principio a fin, evitando que tuviera una o cuatro escenas
maravillosas y luego otra sobre la que se hubiera pasado de puntillas. Y
esto a veces en animación, al tener que fragmentar el trabajo entre
distintas personas, te obliga a seguir teniendo una visión muy constante
de cual es la línea a seguir, para que no se te escape"."Para
mí lo fue ser consciente de los recursos que teníamos y exprimirlos al
máximo siendo inteligentes para que no se notara que teníamos pocos
medios" dice Alberto Vázquez, que ha trabajado en su primer largometraje de
animación. Y añade: "Tú ves la película y la película se sostiene, del principio al
final. Se sostiene porque éramos conscientes de las limitaciones que
teníamos económicamente y contando con un equipo de arte compuesto
solamente por tres personas - dos ilustradores y yo - encargándonos de
todo el diseño de personajes, de los fondos, etc. Ello nos obligaba a
saber diseñar los backgrounds utilizando quizás pinceladas toscas,
fondos no siempre acabados sino más bien abocetados, haciendo del error
parte de la virtud o del estilo. Y saber qué equipo teníamos también,
sabiendo quién podía hacer unas cosas mejor que otras, porque al final
éramos un equipo muy comprometido pero sin experiencia prácticamente... a
priori; lo que pasa es que bien dirigidos y gente muy comprometida, y
todos aprendimos un montón y fuimos listos, porque al fin y al cabo la
película está acabada y es animación tradicional. Todo es animación
frame a frame, hecha dibujo a dibujo, cada uno de ellos exportado luego a
Photoshop para dar textura a los personajes.. dando lugar a un proceso
muy laborioso y muy artesanal. Precisamente por ello creo que es una
película sencilla que envejecerá bien; por contra si ves una película en
3D de hace diez años o de quince ¡prepárate!, porque vas a ver todos
los píxeles, los polígonos... la tecnología cambia mucho y eso influye
mucho en el resultado. En cambio la animación tradicional, si trabajas
manualmente, al cabo de 20 años seguirá vigente: Tú ves "Bambi", que
tiene 90 años, y sigue vigente; en cambio ves "Shrek", que tiene 12 o
14, y dices ¡Dios mío!"
Ambos realizadores nos hablaron también del planteamiento que se dio a las voces de la película, otro de los aspectos en los que estaban determinados a huir de las fórmulas al uso, aunque ello pudiera disgustar de entrada a los productores. Como cuenta Pedro Rivero: "Desde
el principio teníamos claro que no queríamos convertir la película en un
carnaval de actores famosos poniendo voces, ya que al final a la
película le iba bien un tono más neutro, más naturalista, porque los
personajes en el fondo son la ratoncita Dinki y el niño pájaro Birdboy, y
tienen todos un carácter casi anónimo; haberles dado una
personalidad demasiado fuerte con según qué voz hubiera traicionado el
espíritu de la fábula en sí. Eso no quita que para algunos papeles muy
focalizados, tragicómicos y de personajes adultos, como es el caso del
ratón mendigo que interpreta Enrique San Francisco, o el líder rata que
interpreta Ramón Barea, y Paco Sagarzazu que interpreta a Tito Klaus, se
acudiera a actores conocidos, más por una cuestión de amistad que de
apuesta. Hubo que pelear para convencer a los productores sobre la idea
respecto a las voces de los protagonistas".
Y añade Alberto: "Nuestra película
tuvo muy pocos medios y muchas de las cosas se hicieron como se hacen en
el cine: como se puede y no como se quiere. La voz de Dinki es de una
chica de 18 años amateur (Andrea Alzuri), para quien era su primer trabajo, y las voces
de los niños corresponden a niños de verdad, de 13 ó 14 años, y ello te
da cosas pero también te quita otras. Hay que trabajarlo muy bien porque
son gente sin experiencia y queríamos que las voces fuesen lo más
reales posible. Fue una apuesta complicada y un poco a ciegas, porque al
final todas estas cosas de las voces las haces rápido y quizás el
espectador no lo perciba pero son cosas complejas de gestionar. Pero
hemos apostado por un tipo de doblaje que yo creo que beneficia a la
película; no íbamos a poner la voz de Iniesta o voces de actores muy
conocidos. No era necesario porque es una película global, es un cuento, y
decidimos tirar por un cierto realismo de voces dentro de lo posible".
LOS RECONOCIMIENTOS
La película de Alberto Vázquez y Pedro Rivero ha obtenido un notable número de reconocimientos a nivel nacional e internacional dentro del sector profesional de la animación y en el más general del cine, llegando incluso a estar nominada como Mejor Largometraje de Animación en los premios de la Academia Europea de Cine. Pero sin duda el mejor reconocimiento hasta el momento ha llegado en fechas muy recientes, cuando la película obtuvo el Goya a mejor película de su categoría. Preguntados los directores sobre si se esperaban tal cadena de reconocimientos, Pedro Rivero se muestra cauto: "Esperar, esperar, no tienes unas expectativas muy alejadas de terminar la película lo mejor posible. Luego, a medida que vas viendo los resultados, sí que dices: '¡vaya! sí que parece que va conjuntando todo'. Pero sí que es cierto que estamos muy satisfechos porque siendo conscientes de cómo se ha podido hacer la película, en un tiempo tan corto y con un equipo tan limitado, se lo cuentas a cualquiera fuera de España y te toma por loco. Entonces, claro, ahora la respuesta por parte del sector profesional de la animación , que ha acogido muy bien la coherencia que tiene la apuesta narrativa con la apuesta gráfica, y que no ha habido un intento de hacer algo y no llegar, ha sido importante. La película es coherente en cuanto a que ofrece lo que podía ofrecer y con el mayor desarrollo posible. No sientes que falte nada, o al menos esa es mi impresión. Claro, una vez hecha siempre piensas que podíamos haber hecho esto o aquello, o salvar esta escena o hacer otra de diferente manera..."
Pero Alberto Vázquez se manifiesta cansado de ir con la cabeza algo agachada: "La relación entre medios y resultado es excelente. Habrá gente a quien le guste la película y gente que no, pero la relación medios-resultado es muy satisfactoria. Y en cuanto a la repercusión, yo incluso pensaba que iba a tener más: nosotros estuvimos nominados como mejor película europea de animación, categoría que finalmente ganó "Mi Vida de Calabacín", pero yo he visto esta película o "La Tortuga Roja" o "La Jeune Fille sans Mains" y no me parece que la nuestra sea inferior; me parece otra apuesta, y esas películas me gustan, pero también me gusta la nuestra. No porque la hayamos hecho nosotros, sino porque creo que está al mismo nivel; incluso artísticamente yo la veo más comprometida y más punk y más radical. Estoy ya cansado de ir con el perfil bajo habiendo hecho una peli de la ostia con unos medios de nada. Estamos viajando por todo el mundo con una película hecha con dos duros, y a partir de ahora se acabó: yo creo que es una buena película, que no tiene nada que envidiar a las grandes producciones, y es una película que yo pienso que perdurará en el tiempo dentro de un sector especializado de animación y de ciencia ficción, de gente interesada en la ilustración. Estoy convencido de que dentro de cinco años seguiremos viajando con esta peli".
Lo que está claro es que la película ha obtenido muchos reconocimientos y generado interés. Además, al haber obtenido distribución en EEUU, ¿podría llegar a la lucha por los Oscar? Alberto Vázquez reconoce que será difícil, pero no descarta nada; mientras que Pedro Rivero se muestra de nuevo más cauto: "Habrá que ver. También depende de las otras películas que haya durante el año, pero ya que se distribuye en EEUU es importante que la película tenga esa oportunidad. Distribuirse en EEUU y en Francia es muy importante; son dos de los mercados más importantes de la animación
mundial y la película ha podido entrar en ellos, con lo cual estamos
bastante satisfechos siendo una película que no es para el público
infantil ni para el público familiar."
LA DISTRIBUCIÓN
En efecto, la película se va a estrenar en Francia en mayo y en EEUU en el mes de
septiembre. Pero de momento la cinta tiene que hacer su debut en los cines de su país de origen, y lo hace teniendo que enfrentar el reto de seducir a un público que no es el familiar y que no será, en principio, masivo. Como lo expresa Pedro Rivero, "lo que pueda pasar en taquilla de aquí en adelante con la película
depende de muchos factores que no tienen en realidad nada que ver con la
película en sí. 'Anomalisa', una película estupenda de Charlie Kaufman,
duró lo que duró en las salas de cine; quien se ha acercado a ella y la
ha visto ha quedado maravillado, pero el soporte que ha tenido detrás,
el apoyo que tiene un cine que es artístico, no es mucho".
Según el director vasco, "es evidente que si no va a haber unas expectativas de taquilla
masivas o va a ser un producto que va a ser apoyado por los medios de
comunicación con una estrategia promocional muy fuerte, no sólo el cine
de animación para adultos sino el cine que no va dirigido a un público
masivo sufre para financiarse, salvo que tenga unos nombres de prestigio
detrás. Alberto tiene un nombre de prestigio como ilustrador, sin duda
alguna, pero a la hora de adentrarnos en animación alguno ha podido
pensar 'quienes son estos que vienen ahora a proponernos esta cosa que
no se sabe a quién le va a gustar!'. En otros países europeos hay una
cultura más avanzada de ser espectadores de animación de todo tipo, como
Francia, sin embargo aquí en España todavía es difícil".
Sin embargo, Alberto Vázquez quiere expresar manifiestamente su convencimiento de que es necesario que exista cine de animación para adultos, y en particular el tipo de cine al que representa "Psiconautas": "Porque tiene su arte y es una forma de contar historias. Si sólo vas a
hacer blockbusters apaga y vámonos, porque en el cine debe haber
blockbusters pero también cine familiar, cine infantil y cine para
adultos. Yo no estoy de acuerdo en que sea una película que no interese,
porque es un tipo de película que hay que trabajarla y sin duda tiene
un nicho de mercado muy claro en el que puede entrar la gente a la que
le gusta el anime, porque tiene un punto de anime y ese es un mercado
muy potente en España y fuera de España, y también es una película muy
artística que entronca con el cómic, con la ilustración y con el cine de
animación, y con el videojuego incluso. Yo creo que es una película que
si se trabaja bien y se publicita bien tiene su nicho de mercado. Y
este tipo de películas hay que hacerlas porque si no, no existiría el
cine; veríamos todos el mismo tipo de películas, y nosotros preferimos
hacer un tipo de cine un poco más libre". Alberto remata diciendo: "Nosotros creemos que el cine de animación puede ser también cine de
autor e intentamos hacer una película que no sea condescendiente con
nosotros mismos, sino dura cuando tiene que ser dura o simbolista cuando
tiene que serlo. El dibujo y el cine de animación son lenguajes
completamente adultos y tenemos que apostar por ello, porque si no, no
existirían los artistas ni existiría el cine de autor. Nos corresponde
ser consecuentes con lo que hacemos y en este caso creo que lo hemos
sido bastante".
EL FUTURO
En la nueva edición del foro Cartoon Movie que se va a celebrar en el próximo mes de marzo Alberto Vázquez va a presentar un nuevo proyecto de largometraje titulado "Unicorn Wars", ligeramente basado en el corto "Sangre de Unicornio". Según el ilustrador y director, consideraron que el corto contenía una historia interesante y que se podía desarrollar un poco más, pero en esta ocasión no era una cosa buscada hacer el corto para luego hacer un largometraje, como sí ocurrió con "Psiconautas". Como aclara Alberto: "En realidad "Sangre de Unicornio" es un punto de partida, pero luego la historia va a ir por otro lado.(...) Es género bélico, rollo Vietnam tipo "Apocalipsis Now", con personajes perdidos en la selva que entran en locura... Es una mezcla de "Apocalipsis Now", "Bambi" y "Sangre de Unicornio" con un tratamiento de color diferente, y un proyecto que veremos si se hace y cuándo se hace, porque igual no se hace hasta dentro de ocho años". Y añade: "Veremos si los Goya ayudan; todo está aún muy reciente, y creo que los beneficios los vamos a empezar a ver a partir de ahora... si hay".
Por otra parte, afirma el director que ahora anda también muy metido en el mundo de los videojuegos, "que me
parece también un campo muy interesante a nivel narrativo y expresivo,
en el que puedes hacer cosas muy diferentes. Al final el dibujo es un
lenguaje, y te sirve para contar cosas, y da igual el medio: si no es
animación, será en libros o si no será en cómics o en videojuegos".
Que así sea pues, y ojalá podamos seguir viendo trabajos tan buenos como "Psiconautas. Los Niños Olvidados" en el formato que sea.
Muchas gracias a ambos directores por atendernos y mucha suerte en sus respectivas aventuras.
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Muy interesante la reseña.
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