jueves, 10 de mayo de 2018

ESDIP se pregunta sobre la persecución de los deseos

La productora The Beat #7 ESDIP estrenó a finales del pasado mes de abril `I wish…’, un cortometraje de animación tradicional 2D realizado por los alumnos de la escuela de animación, con Emilio Luján como productor ejecutivo. El corto está dirigido - y producido junto a Jorge San Martín - por  Victor Lorenzo Pinel (Madrid, 1988), autor de cómic, animador, storyboarder y colorista. Tras terminar sus estudios en la Escuela de Arte ESDIP, Pinel estrenó en 2015 su primer corto de animación como director: `Closed’. Además, ha publicado en Francia ‘Les Petites Marées: Rose’, su primera novela gráfica con guión de Séverine Vidal.
La idea original del corto, inspirada por Carlos Linares-Rivas, busca encontrar respuesta a la tendencia obsesiva del ser humano a postergar las cosas que le apetecen por priorizar sus responsabilidades. Bajo la banda sonora de John Griffin McKay, el corto está protagonizado por un hombre incapaz de perseguir sus sueños, y muestra un dilema universal en el que cuando dejas de seguir tus sueños, son ellos los que te persiguen a ti.



El director del corto, Víctor Lorenzo Pinel, ha hablado con LOS DEL SOTANO sobre el sentido del corto y cómo se planteó su realización.

¿Qué quiere contar el cortometraje?
“I wish…” habla de aprender a seguir tus sueños. No necesariamente tus grandes aspiraciones vitales (que también), sino las pequeñas cosas no tan inalcanzables que postergamos una y otra vez arrastrados por la rutina, por las responsabilidades o simplemente porque nos auto engañamos diciéndonos que no tenemos tiempo.

¿Ha tenido que ver en la elección de ese tema el deseo de dedicarse a la animación y/o el cómic?
La idea original de “I wish…” proviene de uno de los alumnos que forman parte del equipo, Carlos Linares-Rivas. En su caso, y por lo que se después de largas horas hablando con él sobre el proyecto, responde más a un carácter obsesivo sobre la responsabilidad, sobre postergarlo todo “porque tengo que trabajar más, porque tengo que mejorar, porque…” Ese fue el punto de partida de Carlos.
Por mi parte, desde dirección, quise hacer el mensaje un poco más plural, abrirlo a todo el mundo. No todo el mundo tiene esa barrera en concreto, pero todos tenemos nuestras barreras: miedos, responsabilidades, obsesiones, falta de iniciativa… Lo importante no es por qué no lo hacemos, lo importante es que no lo hacemos y la vida no espera a nadie. Y que la mayor parte del tiempo, basta con dar el primer paso.
En mi caso dedicarme a esto no fue una decisión difícil, lo tuve bastante claro desde el principio, pero me enfrento a diario a cosas que quiero hacer, y no hago. Habrá personas que identifiquen “I wish…” con sus aspiraciones artísticas, sin duda. Otros con sus ganas de viajar, o de probar experiencias, de hacer deporte, de acercarse a alguien, o de alejarse. De vivir, en definitiva.
Porque todos tenemos sueños, y “Cuando no persigues tus sueños, son ellos quienes te persiguen a ti”.

¿Qué referencias se pueden reconocer en el estilo gráfico y la animación del corto?
Hoy en día internet te permite nutrirte de todo tipo de influencias, estamos bombardeados de información gráfica por todos lados, eso inevitablemente hace una amalgama de conceptos y recursos que se queda dentro de cada persona. La forma de exteriorizarlos es la voz propia de cada uno.
Aunque no nos marcamos un referente gráfico claro, sí nos sentíamos más cercanos al cine de animación europeo (principalmente el francés) que al americano más clásico. Esa fue un poco la ruta a seguir.

¿Cómo ha sido el proceso de animación tradicional y qué herramientas se han utilizado?
Todas las animaciones están realizadas directamente en digital, y trabajadas de manera tradicional, dibujo a dibujo, mediante el procedimiento standard: Claves, breakdowns e intercalaciones.
Hemos utilizado Toom Boom Harmony. Es una herramienta que ya conocíamos bastante bien en sus versiones anteriores (Toom Boom Animate Pro) y que el salto a la nueva versión, una vez adaptados, solo nos ha dado alegrías y nuevos recursos que facilitan bastante el proceso de trabajo.




El hecho de que algunas secuencias de la animación sean más próximas al estilo de animación limitada, tipo fotografía, obedece a una cuestión de elección estética o de economía de realización?
Desde el principio uno de los objetivos principales era que el corto pudiese cumplir las fechas de producción previstas. Eso nos obligaba desde el planteamiento a tener en mente que el proyecto debía ser abarcable. La secuencia de las imágenes estáticas fue concebida casi desde el primer momento como es ahora, una sucesión de imágenes intercaladas dentro de un plano animado.
Sí, supongo que como punto de partida ya nació como una decisión de economía de recursos, pero sin embargo creo que de no haberlo sido, habría tomado la misma decisión aplicando el criterio estético. Creo que al final es una mezcla de ambos criterios, pero estoy seguro de que si no hubiese un trasfondo estético detrás de esta decisión, si solo hubiese sido “conformismo económico”, habríamos tratado de ahorrar por otros sitios para poder emplear recursos en esto.

¿Qué ha supuesto trabajar con un grupo de estudiantes de animación para llevar a cabo el corto?
Para mí lo más difícil de trabajar con estudiantes es gestionar el delicado equilibrio entre docencia y profesionalidad, entre lo que reclama el alumno, y lo que reclama la película. Como director, el criterio debe ser siempre ir a favor de obra, hacer lo mejor para la película. Como docente, hacer lo mejor para el alumno. Creo que el mayor reto es hacerle entender al equipo, que lo que es bueno para el corto es bueno para todos. Para eso es necesario tener mucha comunicación, saber en qué punto está cada miembro del equipo, lidiar con sus dudas, inseguridades, ambiciones, problemas, como si fueran problemas de la propia película. Entender al alumno para hacerle entender cada decisión que se toma por la película. Esto es algo que a gran escala, y con un equipo muy grande es difícil de gestionar, pero en el caso de un cortometraje de escuela, donde el equipo es reducido, ayuda mucho a avanzar todos en una misma dirección.
En cualquier caso, el equipo de “I wish…” ha sido un ejemplo de profesionalidad, compromiso y madurez desde que el proyecto comenzó a tomar forma. Si se podía tener suerte, con ellos la hemos tenido toda.

Entre tus trabajos anteriores figura también la dirección del corto "Closed". ¿Qué diferencias y retos ha planteado el reciente cortometraje respecto del anterior, tanto a nivel gráfico como de realización?
A nivel técnico, “Closed” fue un proyecto más complicado, más ambicioso. Requería de mucha más investigación, de herramientas nuevas que nunca habíamos utilizado, de prueba y error. Fue todo un reto. En ese aspecto “I wish…” es mucho más clásico y sencillo.
Por el contrario, “I wish…” nos ha hecho enfrentarnos al reto (más complejo, en mi opinión) de contar una historia, de transmitir emociones, de hacer sentir. “Closed” era una batalla que había que librar en las trincheras, llenarse de barro, batallar. Lo importante era la imagen. “I wish…” es más un juego de estrategia, de planificación, de colocar las piezas en el sitio y momento preciso. La imagen también cuenta, por supuesto, pero en este caso no se trataba de golpear muchas veces, sino de contener el golpe, y golpear una única vez cuando toca.

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