La nueva autoría se muestra de nuevo en Plançó

El pasado viernes se celebró en el marco del 20º Festival Mecal una nueva edición - la tercera - de la competición de cortometrajes de animación 'Plançó', abierta a los estudiantes de las escuelas de Cataluña, que presentaron sus cortometrajes de final de estudios ante el mismo público que decidiría al final de la proyección qué trabajo resultaría ganador. La pieza ganadora recibió como premio el viaje, alojamiento, manutención y acreditación para una persona para la próxima edición de 3D Wire, en octubre de 2018.
Las piezas proyectadas fueron las siguientes:

• Aazar, de Alice Labourel (Universitat Pompeu Fabra de Barcelona)
  Un corto en 3D que contempla con mucho simbolismo el drama de las migraciones forzadas en busca de refugio, y el especial impacto que provocan en los niños.
  

• Delirium Danzanti, de Heidi Valda, Sara Fort, Regina Insenser, Igura Portolés y Nohely Ybert (Universitat Pompeu Fabra de Barcelona)
  El corto en 3D nos adentra en la leyenda que rodea a dos personajes de la tradición boliviana, narrando una breve pero intensa historia de amor - entre la reina del infierno, la China Supay, y el Jacha Tata Danzanti - que evoca el trance artístico y experimental.
  
  
  

• Egu, de Ander Pérez de Arenaza (ECIB, Escola de Cinema de Barcelona)
  Realizado en stop motion, nos cuenta la historia del encargado de un faro responsable de devolvernos la luz día tras día cuando ésta se apaga.
  
  

• From the same thread, de Antonia Piña, Lorène Friesenbichler, Phaerda Derizioti y Rucha Dhayarkar (BAU Centro Universitario de Diseño de Barcelona)
  Otra pieza en stop motion en torno a una muñeca de cuerda que está atada a una plataforma que la limita en todo sentido; sólo le permite tener un sonido en su vida. Pero un día aparece un nuevo sonido, y con éste, el deseo de alcanzarlo.
  
  

• Hambriento, de Gianpierre Yovera Infanzón (Universitat Pompeu Fabra de Barcelona)
  Sorprende este estilizado y bien ambientado corto en 3D donde nada es lo que parece en una hisotira de terror donde una joven se enfrentará a un monstruo cegado por su hambre.
  
  
  

• La idea (Escola d'Art i Superior de Disseny Pau Gargallo)
  Este trabajo mezcla stop motion y 2D para contar la pertinaz persecución de una idea que se escapa por parte de un joven niño.

• La Manaça, de Pau Gros (ECIB, Escola de Cinema de Barcelona)
  Corto en 2D que retrata un mundo amenazado donde la gran mayoría de sus habitantes se encuentran alienados por el smartphone.
  
  
  

• Puggie (Escola d'Art i Superior de Disseny Pau Gargallo)
  En este relato en stop motion Puggie es un perrito al que su dueño no hace ningún caso mientras está enganchado al ordenador, así que el can tendrá que buscarse un modo de que no le falte la comida.

• Ramen (Escola d'Art i Superior de Disseny Pau Gargallo)
  Corto en 2D con una estética de comercial, experimental y vanguardista, en torno al popular plato asiático.

• Ranaway, de Georgina Díaz, Arturo Lacal, Alba Medinyà y Vanessa Silva (ECIB, Escola de Cinema de Barcelona)
  El que resultó el ganador del certamen Plançó al lograr la mayoría de los votos del público, es un simpático y bien ejecutado corto en stop motion realizado en fieltro en torno a una niña que se encuentra a una rana y trata de salvarla de los servicios de recogida de animales sueltos.
  
  

• Sentencia Mortal, de Dani martínez, Judith Fernánez, Jordi Reyes, Roger Linares, Sandra Cabañas, Laura Marín y Clara Miranda (EASD Serra i Abella)
  La plastianimation se pone al servicio de una truculenta historia donde una panda de delincuentes refugiados en el bosque sufrirá el peso de la justicia como si de un revival de Viernes 13 se tratara.
  
  

• Tuning, de Gaspare Savio Lo Vacco, Juan Vásquez, Ferran Viura y Giovanni Aguilar (BAU Centro Universitario de Diseño de Barcelona)
  Dos hermanos emprenden una guerra de sonidos, cada uno tratando de superar al otro en volumen: el hermano mayor desde su habitación a las cuerdas de su guitarra, mientras que el pequeño lo hace desde el pasillo armando ruido con ollas y cacerolas. Hasta que en algún punto de la batalla los sonidos se sincronizan y se fusionan en perfecta armonía.
  
  

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