Los anfibios de "El Reino de las Ranas" vuelven en una secuela de la película china original que fuera dirigida por el experimentado realizador chino Nelson Shin, encabezada en esta ocasión por Guangxi Chang, que nos presenta una ligeramente entretenida cinta para los más pequeños donde se evidencia un notable cuidado en el desarrollo visual, hasta el punto que resulta más atractivo que la historia en sí misma.
La película sigue pues con las aventuras de la revolucionaria Princesa Rana, que es testigo junto a los habitantes del reino de una serie de violentas explosiones que sacuden la capital y exponen la amenaza a la que se encuentra sometido un legendario protector de las ranas, la Rana de Cristal. El rey de las ranas convoca a Mecha y a los otros campeones del reino para ir a proteger la figura, oculta en un lugar que el monarca mantiene en secreto incluso frente a su hija, pero en medio del caos la Princesa aprovecha para huir nuevamente del palacio y unirse a Mecha. Juntos sospechan que el Malvado Capitán Uniojo está detrás del misterio, sin ser conscientes de que el traidor les puede haber tendido una trampa.
Como fue el caso de su precedente, "El Reino de las Ranas. Misión en el Ártico" sorprende de nuevo gratamente por el esmero de su desarrollo visual, que en esta entrega mantiene el nivel de la anterior respecto al nivel de detalle y vivacidad de los fondos y en la definición de las texturas, y que en esta ocasión introduce nuevas localizaciones que aportan distintos matices a la riqueza gráfica del conjunto, como el desierto o el gélido Ártico. Son destacables por su multitud de detalles las escenas que abren la película y que nos transportan a lo largo del reino de las ranas, mostrando el trasiego de sus habitantes trabajando y paseando. También la animación se desarrolla de forma suficientemente correcta y hasta se diría que ha mejorado respecto de la aventura original, aunque uno sigue deseando que de algún modo se hubieran hecho visibles las características de las ranas, puesto que de otra forma resulta irrelevante que los personajes sean ranas o que hubieran sido ratones.
En cuanto a la historia, los personajes que ya protagonizaron la primera entrega vuelven en esta ocasión a escena alejados del deporte y se ven envueltos en una sucesión de aventuras muy al estilo de "Indiana Jones", donde la búsqueda de la legendaria Rana de Cristal les conducirá por una variedad de incidentes y localizaciones. De nuevo los toques de humor y el sentido de la aventura convierten esta segunda película en una aceptable propuesta de entretenimiento para los espectadores más jóvenes, que en esta ocasión está centrada en un menor número de personajes, pero no por ello acierta a infundirles mayor profundidad ni desarrollo.
Lo mejor: el nivel del desarrollo visual, que sigue evidenciando la pujanza de la animación realizada en China.
En contra: la falta de originalidad de la propuesta, que revisita situaciones vistas en multitud de películas sin aportarles demasiado valor añadido.
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