viernes, 26 de agosto de 2016

Kubo y las Dos Cuerdas Mágicas

En el presente panorama de la animación, en el que la política de las grandes compañías consiste en ofrecer secuelas y precuelas de sus franquicias y hasta nuevas versiones de sus clásicos animados junto a ocasionales historias originales, se agradece que existan estudios cuyo compromiso sea el de ofrecer en cada una de sus producciones una historia nueva, esfuerzo que aún se agradece más cuando se lleva a cabo asumiendo riesgos y procurando hacer algo diferente de lo que se ha hecho anteriormente. Este es precisamente el caso de Laika, cuyo presidente y CEO Travis Knight reafirmaba precisamente hace pocos días su postura contraria a las secuelas, considerando que es tanto el esfuerzo que se pone en hacer una película que se echaría a perder si no se invierte en contar algo nuevo que importe y que signifique algo lo más intenso posible, tanto para el protagonista como para el espectador.
Laika, depositora de la experiencia y buen hacer de los Will Vinton Studios, se ha caracterizado siempre por realizar películas en stop motion de muy bella factura y cuidada animación basadas en historias originales, convirtiéndose en verdaderos hacedores de cuentos y en una de las productoras más admiradas del momento; una vez tras otra nos ha sorprendido con "Coraline" (2009), "Paranorman" (2012) y "Los Boxtrolls" (2014), y yendo cada vez a más nos brinda hoy la bellísima experiencia que es "Kubo y las Dos Cuerdas Mágicas", que será una de las mejores películas de animación del año.


"Kubo y las Dos Cuerdas Mágicas" es una película de acción y aventuras, que transcurre en un Japón mágico de la época feudal. El inteligente y bondadoso Kubo se gana la vida como puede contando historias tan maravillosas como fantásticas a los habitantes de un pueblecito costero. Pero su tranquila existencia cambia de golpe cuando, accidentalmente, llama a un espíritu mítico que regresa de los cielos decidido a llevarse a Kubo. El chico no tiene más remedio que huir y unirse a Mona y a Escarabajo para salvar a su familia y resolver el misterio que rodea a su deshonrado padre, el más grande de todos los samuráis que jamás ha existido. Con la ayuda de su shamisen, un instrumento mágico, Kubo se enfrenta a dioses y a monstruos como el vengativo Rey Luna o las malévolas gemelas para descubrir el secreto de su herencia, reunirse con su familia y cumplir el heroico destino que le está reservado.
Dirigida por Travis Knight sobre un guión de Marc Haimes y Chris Butler (Paranorman), la película surge de una idea de Shannon Tindle, creador de los personajes y de la historia. Junto a ellos concurren las interpretaciones de estrellas como Art Parkinson (Kubo), Charlize Theron (Mono), Matthew McConaughey (Escarabajo), Ralph Fiennes (Rey Luna) y Rooney Mara (Gemelas), junto a George Takei, Cary-Hiroyuki Tagawa y Brenda Vaccaro.
Decíamos que Laika es una de esas compañías que se comprometen  en hacer películas innovadoras y arriesgadas. En efecto, Laika arriesga e innova tanto en las  historias que cuenta como en técnica. En cuanto a la historia, el estudio nunca ha realizado precisamente películas facilonas para niños, sino largometrajes presididos siempre por algún elemento mágico o incluso terrorífico y conducidos por historias que emocionan e invitan a pensar. En el caso de Kubo nos encontramos con un relato sencillo e íntimo y familiar (frente al mayor abigarramiento de "Paranorman" y sobre todo de "Los Boxtrolls, y más cercano al caso de "Coraline") donde las relaciones entre algunos de sus miembros están en conflicto por razones que se van descubriendo a lo largo de la película con un ritmo perfectamente pautado y medido, y donde el protagonista será llevado a hacerse fuerte y aprender hasta saber aceptar la pérdida y la compasión. El viaje de Kubo le llevará a huir primero y después a enfrentarse inevitablemente a quienes le persiguen y amenazan a lo largo de un camino lleno de aventuras que nos desvela paso a paso, con acertada visión del momento adecuado, el porqué y el quién es quién, hasta afrontar su destino en un final que quizás no hace totalmente justicia a la épica que pedía, pero que en cualquier caso es perfectamente válido para demostrar la importancia de la familia, que es uno de los valores principales de la historia.




En cuanto a la innovación técnica, Laika ha unido la belleza del stop motion con los avances en cgi y en impresión 3D para ofrecer una experiencia única en la que los protagonistas puedan expresar un rango amplísimo de emociones - mediante una tecnología de impresión desarrollada expresamente que ha permitido generar hasta 48 millones de expresiones faciales con gran detalle - y la generación digital de imágenes aporta aquellos efectos que el stop motion tiene más complicaciones para materializar de forma convincente: como la generación de humo, o las simulaciones del agua del océano, realizados en todo caso en un estilo perfectamente integrado con la estética y el estilo del stop motion. En este sentido, hay que destacar aquellas escenas en que la madre de Kubo cruza el mar con su hijo, sencillamente impresionantes.
Por otra parte el trabajo de diseño de los personajes, del vestuario y de los ambientes, así como la música, se convierten en una carta de amor a la cultura japonesa, reflejada en todos los aspectos de la película con mucha fidelidad y respeto, y dejando ver homenajes al arte de Hokusai y de Kiyoshi Saito.
En todo caso, quien escribe siempre disfruta con mayor intensidad fijándose en la genial animación stop motion llevada a cabo sobre los personajes y elementos de la película. Secuencias como el vuelo de pájaros de papel contrapuesto al vuelo natural de un pájaro real, la historia de seducción de los padres de Kubo narrada en origami o la batalla con un gigantesco esqueleto (un modelo de casi 6 metros de altura) son sencillamente excepcionales. Como también lo es el cuidado en la animación de los detalles: los innumerables pelos de Mona, las plumas de las gemelas, los largos cabellos de la madre de Kubo..Por cierto, no se pierdan la animación en 2D de los créditos finales.. podrían ser un anticipo del deseo expresado por Travis Knight de hacer algún día una película de animación en 2D.

Lo mejor: que Laika se esfuerza con cada película para ofrecer una experiencia nueva y arriesgada, y lo logra.
Lo peor: que no haga películas con más frecuencia... hasta ahora ;)

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