miércoles, 3 de agosto de 2016

Mascotas

Illumination Entertainment, capaz de crear una exitosa franquicia con un humor descarado y transgresor alrededor de un villano con buenas intenciones llamado Gru, y de sacar provecho incluso de los secundarios para hacerlos protagonistas y superar el billón de dólares de recaudación con su propia película, ha querido en su sexto largometraje iniciar una franquicia con planteamientos muy similares a las entregas de "Toy Story" que hicieran célebre a Pixar, esta vez con perros y otras mascotas que tienen una vida alternativa cuando sus dueños no están, pero no ha sabido darle la emoción y empatía que convirtieron a aquéllas en obras maestras, aunque mantiene el humor alocado que caracteriza a las producciones de Meledandri.


Dirigida por Yarrow Cheney y Chris Renaud (directores de "Gru 2, Mi Villano Favorito") a partir de un guión de Ken Daurio ("Horton"), Brian Lynch ("Los Minions") y Cinco Paul ("Gru. Mi villano favorito"), "Mascotas" quiere responder a la pregunta de ¿Cómo es la vida de nuestras mascotas cuando salimos por la puerta de casa? En un edificio de apartamentos en Manhattan descubriremos cómo es el día a día de Bridget, Chloe, Mel y un variado grupo de animales domésticos cuando sus propietarios dejan sus hogares para pasar el día en el trabajo. Entre estos animales de compañía está Max, un perro que adora a su dueña Katie y la vida que llevan juntos; pero un día todo cambia radicalmente porque a ella se le ocurre adoptar a otro perro, Duke, un mestizo torpe y descuidado que Katie ha traído de la perrera y con quien Max tendrá sus diferencias al sentir que ya no es la mascota favorita de la casa. Tras una trifulca, ambos perros acabarán lejos de su casa, perdidos en plena ciudad y a punto de acabar en la perrera… hasta que conocen a un adorable conejito blanco llamado Pompón, que se convierte en su salvador. O eso creían, pues a pesar de su apariencia dulce, en realidad el conejo resulta ser un sociópata que está reclutando un ejército de animales domésticos abandonados para vengarse de todos los dueños de mascotas. Será entonces cuando Max y Duke deberán olvidar sus diferencias para evitar que Pompón se salga con la suya, y así poder volver a su hogar junto a Katie.
La coincidencia de ideas con las "Toy Story" de Pixar resulta evidente y hasta incluso excesiva (unos seres con una vida propia cuando desaparecen sus dueños, la llegada de un nuevo que le hace la competencia al protagonista, la figura del villano marcado por el abandono...), pero hay que reconocerle a Illumination la originalidad de plantear en un largometraje cómo puede ser el mundo desde el punto de vista de nuestras mascotas, que ya de por sí es un tema capaz de atraer la atención de un gran número de público infantil y adulto. Sin embargo, las posibilidades de tal planteamiento quedan tan solo definidas a grandes pinceladas, y se desdibujan en una historia de continuas persecuciones y escapadas donde no hay lugar para ahondar en el jugoso mundo de las relaciones mascotas-dueños (brillantemente explorado en el cortometraje "Feast" de Disney) ni para desarrollar suficientemente el conflicto entre los dos protagonistas, incapaces de generar empatía alguna, frente a una multitud de personajes secundarios que reclaman, y se ganan por méritos propios, su espacio en pantalla. En efecto, los momentos más divertidos y más vibrantes de la película los protagonizan el inadaptado conejo Pompón (verdadero hallazgo de los responsables de creación de personajes que merecería incluso estar compartiendo pantalla con Gru y sus minions... no lo descarten) y la patrulla de rescate encabezada por Bridget, mientras que cuando entran en escena Max y Duke, el descenso de ritmo es vertiginoso.


Sí que encontraremos en "Mascotas" una película amable por lo entrañable de sus personajes y capaz de dar lugar a muchas carcajadas en base a sus numerosos gags, la mayoría de los cuales se han podido ya ver en los innumerables clips y trailers que han precedido al estreno del largometraje: mención especial a los brillantes momentos de enloquecimiento de Pompón, los recursos del aparentemente incapacitado Pops y hasta algún gag protagonizado por Max y Duke como su visita a la fábrica de salchichas... que hasta parece un guiño a la esperada película "La Fiesta de las Salchichas" de Seth Rogen (no sería el único, puesto que también verá el espectador avispado cuál ha de ser la próxima película de la casa).
En cuanto a la animación es formalmente correctísima y se disfruta, pero en un momento en que los avances en animación 3D permiten alcanzar cotas de fineza y lucimiento propias del mejor 2D, le falta personalidad, y no será recordada por ningún aspecto en particular.
En todo caso, Illumination mantiene intacto su irresistible poder de seducción y "Mascotas" se estrenó a principios de julio en EEUU con los mejores números de recaudación de la historia para una película original de animación o real (con 104,3 millones $) y lleva ingresados 400 millones de dólares internacionalmente (300 millones a nivel doméstico), lo que ha dado a Universal e Illumination la tranquilidad para anunciar ya que va a haber una segunda entrega de la franquicia a estrenar el 13 de julio de 2018, dirigida de nuevo por Chris Renaud y con Brian Lynch de vuelta al guión.

Lo mejor: el conejo Pompón, una verdadera perversión cómica de las imágenes más cucas de los conejitos.
Lo peor: Max y Duke, los protagonistas, pasan casi desapercibidos, incapaces de perfilar su carácter y de desarrollar un verdadero conflicto y mucho menos de ganarse algun tipo de empatía.

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