Lo que no pudo proyectarse en el Festival de Animación de Annecy pudo verse con ocasión del Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya, aunque finalmente la película de Liu Jian consiguió levantar mayor interés por el revuelo causado por la cuestionable retirada que sufrió del cartel del certamen francés debido a presiones procedentes de China y por ser la primera película de animación de aquel país que ha sido seleccionada para competir en la Berlinale que por el valor intrínseco de la cinta.
Nos encontramos con una película coral con influencias muy tarantinianas, en la línea de películas como "Pulp Fiction" o "Jackie Brown", que se construye sobre un drama cargado de humor negro - no siempre comprensible para el espectador occidental - en torno a un conductor que le roba un millón de yuanes chinos a su jefe mafioso para arreglarle a su novia los desperfectos de una mala cirugía plástica, lo que le valdrá estar perseguido por un asesino a sueldo y toda una ristra de personajes que buscan apoderarse como sea de la codiciada fortuna.
El director, Liu Jian, sitúa la acción en barrios marginales, pobres y oscuros que ofrecen una imagen enfermiza de la realidad china - seguramente algo que ha incomodado a las autoridades del país, entregadas a imponer la lectura de un escenario de normalidad -, una realidad que trasciende machaconamente al estar protagonizada la aventura por una galería de personajes igualmente tétricos y decadentes que se enredan en largas conversaciones en torno a la pobreza de sus perspectivas económicas y sociales, sus necesidades de consumo y la extrema necesidad de progresar en otro nivel social, por lo que necesitan extremadamente el botín, aunque esté en manos de un familiar lejano. La acción que se espera de las escenas de violencia y persecuciones de esta propuesta, en principio arriesgada, queda sin embargo ahogada por un ritmo parsimonioso no siempre elegante (como un plano extenuantemente aburrido que muestra la corriente de un río, u otro en que contemplamos a un personaje durmiendo diríase que durante toda la duración de su cabezadita) que alentece la película hasta acabar con ella.
El estilo de la animación, hay que decirlo, contribuye sobremanera al empobrecimiento del ritmo y del interés de la cinta. De hecho, hablar de 'animación' en el caso de "Have a Nice Day" sería mucho decir; sería mucho más acertado presentarlo como un cómic ligeramente animado puesto que los movimientos de los personajes son mínimos. Incluso en los casos en que hay alguna animación no se despliega siempre de forma cuidada, y sorprende por ejemplo ver a un lagarto cruzando las vías de un tren sin ni siquiera levantar las patas para sortear los raíles.
Todo ello convierte a "Have a Nice Day" en una curiosidad pasajera que hace bueno el dicho de "mucho ruido y pocas nueces".
Lo mejor: el tono jocoso de los enredos con los que se plantea una historia de crímenes y mafia.
En contra: un ritmo extremadamente lento que mata el interés que pueda esconder la película.
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