miércoles, 16 de marzo de 2016

El Recuerdo de Marnie

El tránsito de la infancia a la adolescencia no suele ser un camino fácil; bien al contrario, muy a menudo es un camino plagado de dudas y conflictos con uno mismo o con los demás en los que muchas veces subyacen las inseguridades propias de la edad. Por ello no es extraño encontrarse en este estadio de la vida con el sentimiento de que uno o una no encaja, que todo está mal y se acaba encerrado en un círculo totalmente ajeno a las demás personas, o lo que es lo mismo, alejado del círculo social. Contado de un modo encantador, esa es precisamente la tragedia que afecta a Anna, la joven de 12 años protagonista de "El Recuerdo de Marnie" - la última película de Studio Ghibli -, que además encierra un sentimiento de abandono mal resuelto por la pronta defunción de sus padres, lo que la lleva a evitar relacionarse con las chicas y chicos de su entorno o estrechar lazos con sus padres adoptivos por miedo a nuevas pérdidas o traiciones, generando situaciones de estrés y enfermedad que la llevarán a pasar un tiempo en una casa de campo. Como dice la letra de la canción principal "Fine on the Outside" (que aconsejo escuchar hasta el final) interpretada por Priscilla Ahn: I never had that many friends growing up / So I learned to be / Ok with Just me, just me, just me, just me / And I'll be fine on the outside... (Nunca tuve muchos amigos cuando crecía / así que aprendí a estar bien yo sola, yo sola, yo sola, yo sola / Y estaré bien afuera).
Cuando la tímida Anna se traslada a la orilla del mar a vivir con sus tíos, descubre una antigua mansión rodeada por pantanos, y allí se encuentra con la joven y misteriosa Marnie, una chica vital pero que también lleva su propia tristeza a cuestas. Las dos forman instantáneamente una conexión única y una amistad que viaja por los límites entre fantasía y realidad y, a medida que pasan los días, una atracción casi magnética conduce a Anna una y otra vez a la Casa Marsh. Así, comienza a reconstruir la historia que envuelve a su extraña nueva amiga.


"El Recuerdo de Marnie" es una producción de Studio Ghibli, Nippon Television Network, Dentsu, Hakuhodo DYMP, Walt Disney Japan, Mitsubishi, Toho y KDDI. Basada en la novela "Cuando Marnie estuvo allí" de Joan G. Robinson, desarrolla un guión de Keiko Niwa, Masashi Ando y el propio director: Hiromasa Yonebayashi, animador y director del estudio Ghibli (ya dirigió "Mei and the baby cat bus" del Museo Ghibli - 2002 - y "Arriety y el Mundo de los Diminutos", 2010), hasta que lo abandonó una vez finalizada la producción de "El Recuerdo de Marnie", a pesar de que era una de las opciones de futuro para suceder a Hayao Miyazaki en el estudio.
Yonebayashi recibió del productor Toshio Suzuki el encargo de convertir la novela de Joan G. Robinson en película, y nos ofrece esta joya maravillosamente ejecutada - que es la primera sin intervención de Hayao Miyazaki ni de Hisao Takahata - donde bajo el velo de los elementos sobrenaturales tan propios de la filmografía del maestro Miyazaki se pone en escena, con un desarrollo emotivo y sensible, una gran historia de amor y amistad donde se invita a superar los traumas propios de la adolescencia y de la pérdida y a entender la necesidad de hablar y expresar los sentimientos como medio para conseguirlo.
No se tarda en sospechar de la verdadera naturaleza de la misteriosa amiga de Anna, ni es la pretensión de la película mantenerla oculta hasta el final, sino que el valor de la historia reside en las palabras y los gestos que ambas amigas intercambian en sus encuentros, y finalmente en conocer la relación que existe entre ambas, por cuanto que es todo ello lo que conduce a la protagonista a aceptar y a entender su pérdida y a superarla.
En cuanto al aspecto visual y la animación, la película - bajo el estilo propio de Hayao Miyazaki - mantiene con creces el altísimo nivel de los largometrajes del estudio Ghibli, donde la atención al detalle es permanente tanto en los preciosos fondos como en los elementos en movimiento (a pocos estudios se le ocurriría añadir la breve animación de un cangrejo en una escena en que un pie se sumerge en el agua, o preocuparse por animar los minúsculos reflejos del sol en el mar) y la animación - supervisada por Masashi Ando (La Princesa Mononoke, El Viaje de Chihiro) - rica y generosa: no hay plano en que un personaje no esté actuando por muy lejos del centro de interés que se encuentre o no se muevan las hojas de los árboles o los tallos de hierba. En suma, es una delicia para un animador (y también para quien no lo es) contemplar y saborear todas y cada una de las escenas, donde también el acting está maravillosamente conseguido, como en esa secuencia del baile, donde la patosa Anna trata de seguir a su amiga y se forja una fuerte amistad.



Si Hayao Miyazaki e Isao Takahata se despidieron con "El Viento se Levanta" y "El Cuento de la Princesa Kaguya" respectivamente, la última película de su estudio, realizada sin su intervención, demuestra que la continuidad de Ghibli aún es posible sin perder un ápice de la calidad de sus películas.
El largometraje ha conseguido alzarse con un premio a la Mejor Película de Animación en los Festivales de Seattle y Toronto y ha sido nominada a los Asia Pacific Screen Awards y a los Oscar.

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