viernes, 11 de marzo de 2016

La Montaña Mágica

"La Montaña Mágica" es el segundo trabajo de la trilogía que la realizadora rumana Anca Damian quiere agrupar bajo el epígrafe de "relatos heroicos", tras "Crulic: The Path to Beyond" (2011). Se trata de un documental animado que como el anterior, pero en mayor medida, utiliza una gran variedad de técnicas de animación artesanales, y que retrata al fotógrafo, artista y montañero polaco Adam Jacek Winkler y sus batallas contra el règimen comunista de su país, desde Polonia mismo y desde París, y más tarde contra el Ejército Rojo luchando al lado de los muyahidines en Afganistán, cuyas montañas dan nombre al documental.


El retrato que se hace del protagonista es el de un hombre obsesionado con dar batalla al comunismo hasta un punto quijotesco, pues no dudó en enfrentar sus batallas en solitario, de una forma apasionada y casi romántica, dejando atrás a su familia y estando cerca de la muerte en más de una ocasión. De hecho, la narración está estructurada como un diálogo con su hija Anna, que co-escribió el guión con Anca Damian valiéndose de los diarios, los dibujos y los vídeos de su padre y las grabaciones que dejó registradas en un dictáfono. En cualquier caso no se profundiza en la situación de la familia ni en los sentimientos que pudiera provocar el hecho de haber quedado abandonados en favor de una lucha que se producía tan lejos y en nombre de desconocidos, sino que el centro de interés del documental son los vaivenes de Winkler y su interminable batalla contra un enemigo superior.
Inspirándose en los dibujos y fotografías del mismo Winkler, elementos del arte afgano o imágenes de archivo de la época, y con el propósito de visualizar de forma gráfica la vida tan polimórfica de Winkler, el documental se realizó - con una gran dosis de experimentación y libertad creativa - utilizando técnicas mixtas muy diversas, incluyendo stop motion, collage, película manipulada, gouache, acuarelas, carboncillo, 3D, o hasta papel arrugado para formar las montañas de Afganistán.




El conjunto es un estilo visual variado y rico que pone de manifiesto las evidentes cualidades y habilidades artísticas de Anca Damian y su equipo, pero las técnicas y animaciones diversas se suceden también de una forma algo atropellada y confusa, lo que lleva en ocasiones a perder la atención de lo que se está contando. A mantener la atención tampoco ayuda la narración incansable y prácticamente ininterrumpida puesta en la boca de Winkler, que deja poco lugar a los tiempos necesarios para la contemplación y la reflexión sobre lo que se está viendo y escuchando.
En todo caso, Anca Damian efectúa un interesante relato sobre la heroica vida de un hombre cuya se construyó casi exclusivamente en torno a su rechazo del comunismo y que probablemente nos habría pasado desapercibida de otro modo, y lo envuelve en una presentación visual rica e innegablemente artesanal. Lamentablemente no es probable que se llegue a estrenar en salas comerciales, por lo que quien desee verla  deberá hacerlo en algún festival o esperar al vídeo.

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