En la película, Garbancito es un joven huérfano que tiene una granja cerca de un pequeño pueblo. Sus amigos son Chirili, Kiriki y la cabrita Peregrina, pero también están los típicos gamberros que no paran de molestarle: Pelanas, Manazas y Pajarón. Un día, el pueblo donde vive Garbancito es amenazado por la bruja Pelocha y el gigante Caramanca, que rapta a sus amigos Chirili y Kiriki. Gracias a la ayuda de un hada, que le da poderes y una espada mágica, Garbancito libera a sus amigos de las garras de los malvados y es recibido como un héroe por los lugareños.
Ya tuvimos ocasión el año pasado de elaborar una entrada sobre esta película (enlace aquí), que esta vez vuelve a relucir no sólo por su aniversario, sino porque el Museu del Cinema de Girona ofrece una interesante exposición en torno a la película y el pasado sábado proyectó la cinta ante un nutrido grupo de espectadores entre los que se encontraba un servidor y también familiares de algunos de los artistas que trabajaron en la producción, como la hija de Rosa Galcerán.
La exposición está dividida en tres ámbitos: El primero pretende sintetizar el desarrollo de la industria del cine de animación en Cataluña, destacando sus principales producciones desde los inicios hasta el momento actual. El segundo ámbito se centra en Garbancito de la Mancha y en los hechos históricos que propiciaron que se pudiera hacer la película, así como su proceso de producción, los profesionales que participaron, las acciones de promoción y todas las circunstancias que la rodearon. Finalmente, se analiza la carrera de su realizador, Arturo Moreno (1909-1993), conocido durante muchos años con el apodo de "el Walt Disney español", que fue un ilustrador, animador y caricaturista de referencia que disfrutó de una larga y fructífera trayectoria profesional mucho más allá de la realización de la película de animación.
Ramon Balet se asoció con José María Blay para fundar la empresa de distribución y producción cinematográfica Balet y Blay en 1938. "Garbancito de la Mancha" se pudo llevar a cabo en un contexto de posguerra, de penurias y miseria, por la conjunción de varios factores: Lo más importante fue que la distribuidora Balet y Blay necesitaba conseguir permisos de importación de filmes europeos y norteamericanos, permisos que sólo se obtenían a cambio de hacer producciones propias, y Blay decidió entrar en el mundo del cine de animación pensando que conseguiría más permisos de importación de filmes extranjeros haciendo este tipo de producción. Cuando Arturo Moreno (entonces un joven profesional de 34 años con una larga experiencia como dibujante) les presentó un corto de animación, "El capitán Tormentoso", por si lo querían distribuir, José María Blay le propuso la idea de hacer el largometraje y Moreno aceptó el reto lanzándose a la aventura de crear unos estudios profesionales de dibujos animados partiendo de cero, a pesar de que en una Europa en guerra no sería nada fácil encontrar materias primas básicas como los acetatos, o un laboratorio para el revelado de la película en color.
Blay y Moreno (centro y 2º a la derecha) |
La productora Balet y Blay contrató cerca de un centenar de dibujantes e ilustradores, animadores y guionistas, muchos de los cuales participaron por primera vez en la realización de un film animado (de hecho la inexperiencia en animación se nota en detalles como algunos fallos de integración con el fondo, desviaciones de modelo, cierta animación sincopada o algunos bucles de animación toscos, y a pesar de ello se obtuvo un resultado muy ambicioso teniendo en cuenta la falta de experiencia en animación de la mayoría de los artistas). Una vez contratados todos los profesionales, Arturo Moreno creó varios grupos de trabajo: 30 dibujantes animadores dirigidos por Armand Tosquellas - colaborador de Moreno en la realización del corto "El Capitán Tormentoso" - y José M. Carnicero, con responsables como Rosa Galcerán, que también fue colaboradora en el corto de Arturo Moreno; 20 encargados del coloreado dirigidos por Anna M. Melero; además de dibujantes de los fondos, entre los cuales Valentí Castanys hijo (Tinet), y los técnicos encargados de la truca multiplano dirigidos por Josep M. Arola. En total, este equipo creó unos 350.000 dibujos en 427 días de trabajo entre los años 1943 y 1945.
Bosquejo original a lápiz |
Original a tinta de Caramanca, Garbancito y Pelanas |
Acetato de Garbancito |
La película tuvo un gran éxito de crítica y público y obtuvo unas ganancias económicas de entre dos y tres millones de pesetas. Varios fabricantes de productos para niños consiguieron la licencia y el mercado se llenó de merchandising: muñecos, álbumes de cromos (en varias ediciones), fotogramas montados en cartulina, películas de cine NIC, juguetes ...
Album de cromos de Garbancito |
Películas para el proyector de cine NIC |
El éxito de Garbancito de la Mancha animó a los productores a hacer una segunda parte, "Alegres vacaciones" (1948), que tuvo un escaso eco entre el público. Con el fracaso de taquilla y de la crítica de "Los sueños de Tay-Pi" (1951), el tercer largometraje de la empresa, Balet y Blay dejó de producir películas de animación, pero su actividad marcó un hito importante en la historia de las producciones del cine de animación, no sólo catalán y español, sino también europeo.
La mayor parte del material original que se muestra en la exposición, cuya visita recomendamos, es la primera vez que se expone públicamente y proviene en buena parte de la Colección Antoni Furnó y de la Colección privada Isabel Moreno. Antoni Furnó estuvo relacionado con varias productoras cinematográficas catalanas; entre ellas trabajó para Balet y Blay y participó como jefe de personal en la producción de "Garbancito de la Mancha", junto a su hermano Trino Furnó, que participó como dibujante. La Colección Isabel Moreno, hija de Arturo Moreno, contiene el material que conservó el director de "Garbancito de la Mancha" de la realización de este film y otros materiales relacionados con su trayectoria profesional desde los años 30 hasta los 80. La exposición contiene otro material original procedente de las colecciones de Jordi Riera Pujal, Antoni Guiral, Pepita Pardell, Jordi Artigas, etc.
Todo este material estará expuesto hasta el día 24 de enero de 2016.
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