El domingo pasado Disney arrasaba en las categorías de animación de los Oscar al llevarse los galardones para "Big Hero 6" como Mejor Largometraje de Animación y para "Feast" como Mejor Cortometraje de Animación, de tal modo que en los últimos ocho años (con la única excepción de 2011) la corporación Disney-Pixar se ha llevado la estatuilla en la categoría de largometraje animado. Ello, unido a la sorpresa que causó que "LEGO La Película" quedara apartada de los Oscar y a la constatación de la diversidad de criterios que ha regido en la entrega de premios este año ("Big Hero 6" se ha llevado los Oscar y los premios VES, mientras que "Cómo Entrenar a Tu Dragón 2" ganó el Globo de Oro y seis premios Annie y "LEGO La Película" obtenía el Critic's Choice Award y el BAFTA Award), ha levantado cierta inquietud en algunas personalidades del sector de la animación, que han expresado su extrañeza de que una sola corporación gane el premio todos los años, y además ha provocado que se cuestione la profesionalidad de quienes emiten las votaciones en los Oscar desde la Academy of Motion Picture Arts & Sciences a partir de un estudio realizado por el Hollywood Reporter.
En efecto, en una serie de entrevistas que el reportero de Hollywood Reporter Scott Feinberg hiciera a algunos de los miembros de la Academia, que fueron publicadas en una serie de artículos bajo el título "Brutally Honest Oscar Ballot", se ha constatado que, como mínimo, buena parte de los encuestados no se toman demasiado en serio el cine de animación a la hora de emitir sus votos, de forma que buena parte de ellos no vieron todas las películas que estaban nominadas antes de expresar su voto y, lejos de regirse por criterios profesionales y objetivos, se basaron en si la película les gustó a sus hijos o si la protagonizaba un perro. En concreto, el reportero Scott Feinberg entrevistó a siete miembros de la Academia, que si bien es un número poco representativo, puede perfectamente proyectar unas perspectivas nada halagüeñas sobre el resto de miembros de la institución. De esos siete miembros, sólo tres vieron todos los largometrajes y cortometrajes nominados, y los demás expresan opiniones decepcionantes sobre la importancia que le dan al asunto, dando la impresión de que son las sensaciones de sus hijos (algo que obviamente uno puede tener en cuenta, pero no como criterio determinante) u otros criterios subjetivos (como ser un amante de los perros) los que han orientado el voto, e incluso manifestando en alguna ocasión completa ignorancia sobre la procedencia de las películas: uno de los miembros llega a expresar que "Song of the Sea" y "El Cuento de la Princesa Kaguya" son dos "jodidas películas chinas" (sic) que no merecen ser vistas, desconociendo que son de procedencia irlandesa y japonesa, respectivamente, y mostrando un claro sentimiento xenófobo.
Si así ha ido el tema en relación a las películas nominadas, que eran sólo cinco y cinco, imagináos qué puede haber pasado con las que estaban preseleccionadas y no fueron finalmente nominadas.
Volviendo al hecho de que la corporación Disney-Pixar se ha llevado los Oscar de los ocho últimos años, es innegable que es un dato que puede resultar algo sospechoso, como mínimo teniendo en cuenta los criterios de votación mencionados, y cuando en el referido período las películas premiadas han debido batirse con grandes largometrajes como "Persépolis", "Fantástico Mr. Fox", "Cuando el Viento se Levanta", "Cómo Entrenar a Tu Dragón 2", "Ernest&Celestine", "Song of the Sea", "El Cuento de la Princesa Kaguya", etc.
Ami Amidi, conocido autor e historiador de animación y experto en diseño de producción de Dreamworks, ha expresado esta semana su opinión en Twitter, manifestando que, aunque muchas películas de Disney y Pixar son innegablemente buenas, el hecho de pretender que son las mejores de casi una décáda es un sinsentido ridículo, y que no hay ninguna otra corporación que se haya apropiado de una categoría de premios de los Oscar como Disney ha hecho con la animación. Según Amidi, los miembros de la Academia no respetan la forma de arte que la animación representa e históricamente han incurrido en patrones de votación a ciegas (pone como ejemplo que los cortos de "Tom y Jerry" ganaron el Oscar a cortometraje siete veces entre 1943 y 1952, y que Disney lo hizo todos los años entre 1932 y 1939), como se está poniendo de manifiesto de nuevo en los últimos ocho años, por lo que urge a la comunidad de animadores a educar a la Academia y a exigir a sus miembros que vean las películas y se apliquen cambios a la forma de votar, que aseguren que las películas compiten en igualdad de condiciones.
Que la animación tiene poca consideración en general entre la comunidad cinematográfica es innegable. Sólo basta ver lo poco que se refieren a ella los críticos de cine y el modo en que lo hacen cuando la abordan. Además la animación ocupa muy poco lugar en las páginas de los periódicos, y en las listas de premios suele aparecer en los últimos lugares, si es que aparece. Así que muchas cosas deberían cambiar, dentro del cine y sus allegados, para que realmente el cine de animación, una forma de arte capaz de expresar todos los géneros del cine, tenga el respeto que realmente se merece.
La cuestión está abierta y candente, ¿qué os parece a vosotros queridos lectores?
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