viernes, 14 de diciembre de 2018

Ploey

Entre el cúmulo de estrenos animados de esta semana se encuentra esta conmovedora cinta familiar que recuerda a algo ya visto, puesto que en primavera del año pasado se estrenaba un largometraje con un argumento similar protagonizado en aquella ocasión por un gorrión. Salvando en cualquier caso las distancias, la presente historia belga-islandesa vuelve a repetir el esquema del joven perdido que debe aprender a crecer lejos de su familia con la ayuda de buenos amigos, si bien en esta ocasión con un velo más dramático y menos sentido del humor.


La película cuenta la historia de un joven chorlito dorado que tiene problemas para aprender a volar. Con la llegada del invierno, a su torpe vuelo se suma el ataque de un rapaz llamado Sombra que no es la primera vez que les acecha y es dado por muerto, con lo que no puede migrar con su bandada a un lugar con un clima más cálido. Solo ante el frío invierno deberá crecer y sobrevivir en un mundo lleno de enemigos esperando el regreso de su familia, aunque en su viaje iniciático contará también con la ayuda de inesperados amigos.


A la falta de originalidad del argumento de "Ploey" se le une como principal problema un ritmo endiabladamente lento - tan sólo interrumpido por rápidas y breves secuencias de acción - que supone un excesivo lastre para una adecuada sucesión de las escenas y en fin, el completo y lúcido disfrute de la película. A superar este obstáculo no ayuda tampoco la poca pericia en la elaboración de los momentos pretendidamente más cómicos, la mayor parte de los cuales se supone que deben reposar en un grupo de cuellicortos pájaros sospechosamente parecidos, también en actitud gestual, a aquéllos del brillante corto "For the Birds" (2000) de Pixar, aunque por supuesto no llegan a emular la gracia de aquéllos.
Visualmente sí que vale la pena remarcar la cuidada construcción de entornos de la película, suficientemente detallados y diversos como para ofrecer un completo cuadro del bello paisaje islandés, definido con unas texturas de corte realista que funcionan de forma bastante convincente en general. Cabría decir lo mismo de los personajes si no fuera porque se advierte en su diseño cierta falta de unidad de estilo, notable en el caso del gato, el zorro o de los referidos pájaros "cómicos".
La misma irregularidad se encuentra en la ejecución de las animaciones, que en general se muestra  correcta pero es muy mejorable en variadas ocasiones: nótese, a corte de ejemplo, cómo en la mayoría de vuelos la mayoría de aves aparecen flotando, más que realmente volando.
En cualquier caso "Ploey" constituye una aventura familiar suficientemente válida para estas fechas, que muestra a los jóvenes espectadores - una vez más - la importancia de valores como la valentía y la amistad, y que dentro del nivel que suele ofrecer la animación europea en 3D puede defenderse con un mínimo de dignidad.




Lo mejor: Unos detallados y variados fondos que hacen justicia a la belleza de los paisajes de Islandia.
En contra: un ritmo demasiado pausado y exento de humor para una película que no destaca en originalidad.

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