La historia reúne a tres amigos que por una razón u otra se sienten algo distintos del resto: Coco, el protagonista, procede de una raza de dragones voladores, pero no sabe volar; junto a él están Óscar, otro dragón perteneciente a un clan de dragones carnívoros que es herbívoro por elección, y Matilde, la puercoespín. Juntos emprenden un largo viaje a lo largo de la Isla de los Dragones para recuperar las hierbas de fuego recolectadas por el abuelo de Coco y que han desaparecido, viéndose envueltos en numerosas aventuras y coincidiendo durante la búsqueda con muchos de sus congéneres, de distintos tamaños y formas.
Junto a un guión que transcurre de forma ligera, entendible para los niños a los cuales se dirige, pero con mucha diversión - incluso en alguna medida para los adultos que les acompañen - nos encontramos también con unos diseños de personajes y de fondos gráficamente también sencillos, tanto en forma como en textura, si bien coloridos, vivos y bien representativos de las ilustraciones que acompañan a los libros de Ingo Siegner. La banda sonora, a cargo de Danny Chang y Stefan Maria Schneider, acompaña alegremente toda la película y le añade ritmo y positividad.
Se trata en suma de una buena película para los pequeños donde se les presenta de forma inocente y positiva una historia que pone en valor la amistad por encima de las diferencias y la importancia de perseguir la consecución de los propios sueños poniéndoles valor y el ingenio sobre la fuerza.
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