Recordemos que la nueva aventura acuática de Pixar, que constituye la secuela de "Buscando a Nemo" (2003) y estará dirigida igualmente por Andrew Stanton, junto a Angus MacLane, va a establecer su continuidad unos seis meses después de lo acontecido en la película original, y girará en torno al viaje que emprenderá Dory en busca de sus padres. A lo largo de ese viaje Dory dará con un centro de rehabilitación de la vida marina donde conocerá a la beluga Bailey (Ty Burrell), que se encuentra allí por sus problemas de recepción sónar, y a la tiburón-ballena Destiny (Kaitlin Olson), con dificultades para nadar en línea recta.
Ambos jugarán un importante papel ayudando a Dory a reunirse de nuevo con sus padres. Como muchos de los seres de Pixar se trata de personajes con algún tipo de inseguridad que sabrán finalmente vencerlas y encontrar la seguridad en sí mismos para ayudar a un amigo que les necesita; en este caso, Dory.
John Lasseter ya había hablado de Destiny durante su estancia en el Festival de Cine de Cannes, donde se refirió a ella como un tiburón-ballena que cree ser una ballena; precisamente, Bailey y Destiny será la típica pareja de amigos que se ríen el uno del otro, y mientras el primero se burla de su dualidad tiburón/ballena, la segunda se reirá del tamaño de la cabeza de Bailey.
Seguro que iremos conociendo nuevos aspectos de esta nueva secuela de Pixar antes de su estreno en EEUU el 17 de junio de este año, aunque seguramente la gran pregunta que a muchos les pasa por la cabeza es si estará a la altura de la saga Toy Story o se acercará más a las más flojitas segundas partes de "Cars" o de "Monstruos S.A.".
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