"Symphony no.42", de Réka Bucsi
Réka Bucsi es una animadora húngara nacida en Alemania que se graduó el año pasado en la Universidad de Arte y Diseño Moholy-Nagi de Budapest, y como proyecto de graduación realizó este cortometraje que, tras recibir multitud de premios en varios festivales, empezando por la Espiga de Oro de la Berlinale, ha terminado siendo preseleccionado en su categoría para la carrera hacia los Oscar.En su blog puede encontrarse una surrealista ilustración de denuncia en que una mano humana deposita o extrae de un vaso unas ballenas muertas a las que se les sorbe la sangre con una pajita, y un mensaje que dice "Stop Whaling you Suckers", aprovechando el doble sentido de la palabra 'sucker' (alguien que sorbe - paleto) para reclamar el fin de la caza de ballenas.
copyright Réka Bucsi |
Muchos de los dibujos de Reka tienen este tono surrealista y/o metafórico, y pareciera que en "Symphony no.42" la animadora ha reunido varios de los dibujos e ideas y notas que tenía hasta el momento, además de crear otras situaciones nuevas, para darles vida en un corto animado, sin ninguna relación entre las escenas más que la interacción que se establece entre animales y humanos y el nexo de unión entre una escena y otra que se establece mediante colores, sonidos o algún elemento de la animación. Entre estas escenas, surrealistas la mayoría de ellas y desarrollándose en un mundo parecido al nuestro donde animales con aspecto y/o actitudes antropomórficas cohabitan con los humanos, vemos de nuevo a las ballenas, que esta vez son de nuevo arrancadas del océano y aspiradas por el rayo atractor de un platillo volante; o un zorro, que abre el cortometraje, suicidándose ante el dibujo que acaba de crear, en que Dios es el núcleo de la estructura atómica; un elefante encerrado en un reducto zoológico es objeto de admiración por parte de los visitantes mientras pinta un mensaje de ayuda; una mujer en bikini siega el bosque con un cortacésped sin advertir a un pobre delfín que se está quedando sin aire fuera del agua.. y así hasta sumar 47 escenas desiguales en que los animales no son necesariamente la víctima (un gato crece enroscándose en torno a su dueña hasta prácticamente ahogarla, una mujer y una foca yacen amorosamente abrazados, un hipopótamo es la desasosegante pesadilla de un interno psiquiátrico..) y que a menudo se desarrollan en un lugar común, un bosque que ha dejado de representar un refugio para sus habitantes.
La autora presenta las escenas de manera neutral y rehúye atribuir a su corto un mensaje ético o emitir juicio alguno, dejando que sea la mirada subjetiva de cada persona del público la que atribuya un sentido a escenas en apariencia irracionales. De hecho, según confiesa Réka en varias entrevistas, a ella le atrae la idea de que, ante una situación nueva, los humanos tendemos subconscientemente a tratar de darle un contexto, que viene predeterminado por lo que conocemos y pensamos, de modo que esa situación desconocida puede dar lugar a infinidad de interpretaciones. Ello no impide que la cinta transpire un sentido crítico hacia la sociedad y la modernidad, que se vehicula mediante escenas surrealistas presentadas con ligereza y buen humor.
De esta manera, el cortometraje es una sucesión de escenas que podrían presentarse independientemente y que no conducen a ningún final, aunque la animadora ha querido formar con ellas un conjunto en el que la argamasa que las une son las asociaciones visuales, auditivas o sensoriales entre una escena y otra.De ese entrelazado surge la sinfonía que da título al cortometraje, y dónde el número 42 no tiene más importancia que el de ser un número místico, que señala la inclinación del arco iris, o un número central en matemáticas, según confiesa la autora, y que ha sido elegido para poner un número a esa sinfonía.
En cuanto al apartado visual, Réka nos sirve unas escenas de trazo sencillo en que los personajes y animales se presentan con la intención de asemejarlos a la realidad, en un estilo alejado del cartoon. Las paletas de colores dan un resultado atractivo y acorde con cada escena, y transmiten sensibilidad. Mientras que la animación se desarrolla de forma fluida, y principalmente centrada en los personajes que actúan en la escena.
"My Dad", de Marcus Armitage
Marcus Armitage es un animador y realizador británico, surgido del Royal College of Art, para quien también este cortometraje es su proyecto de graduación. Con "My Dad" obtuvo el premio a la Mejor Película Británica en el Festival Internacional de Animación de Londres.Subtitulado "Opiniones heredadas - Aislamiento heredado", el cortometraje nos cuenta con la aproximación de un documental y con la voz en primera persona de un niño, la enfermiza influencia que su padre ejerce sobre él, inculcándole sus ideas xenófobas y determinando fatalmente su futuro, en un mundo en que el único rostro reconocible para el niño es el de su padre y el de su amigo, aparte de los rostros de aquellos a quienes cree que debe odiar.
Con esta historia el autor quiso retratar y denunciar los prejuicios que veía en la gente, o que incluso veía impresos en los periódicos, cuando se mudó a Londres, y aplicó un enfoque documental para hacer patente que estaba reflejando una situación muy real, aunque fuera una historia de ficción.
Uno de los puntos fuertes del cortometraje son sus dibujos vibrantes y directos, que Armitage animó en primer lugar sobre planos en blanco y negro a los que después aplicó el color utilizando pasteles al óleo, en un esfuerzo artístico considerable aplicado plano a plano sobre la mesa de luz. Sus escenas gráficamente poderosas aciertan al mostrarnos a un niño aislado en un mundo bullicioso y lleno de gente, pero en el que esta gente son sólo líneas irreconocibles, mientras que las únicas personas con cara y colores son el niño y su padre principalmente, junto al único amigo que tiene y aquellos contra los que va formando prejuicios.
La fuerza expresada en los dibujos los convierte finalmente en un ente físico, en que el papel es dramáticamente rasgado en una secuencia de animación cut-out que desemboca en el amargo final.
"The Obvious Child", de Stephen Irwin
Irwin, responsable de animaciones como "The Black Dog's Progress" y "Moxie", nos sirve en "The Obvious Child" un cuento macabro y enfermizo en que un conejo cae perdidamente enamorado de una niña terrible y violenta cuyos padres han sido salvajemente descuartizados. En un escenario distópico en que la historia se proyecta a través de un ojo que lo observa todo, la niña trata sin éxito de lograr que los espíritus de sus padres asciendan hacia la ansiada salvación a la que tienen derecho todas las criaturas de este enfermizo mundo, pero que es sistemáticamente negada sin ninguna explicación a los progenitores de la pequeña adicta a la nicotina. Tan solo el sacrificio redentor del conejillo, en un puro acto de amor, puede ofrecer una salida al entuerto.En una nueva demostración de que la animación no tiene por qué ser algo majo que agrade a los niños, Stephen Irwin nos ofrece una mirada irónica y burlona, en ocasiones irreverente, sobre el amor y la redención, mediante una paleta de colores kitsch y saturados aplicados a unos personajes muy de cartoon aunque deformados.
Lo que menos luce en este cortometraje animado es precisamente la animación. Acaso un puñetazo por aquí, unos movimientos repetitivos de cadera por allá, y unos limitadísimos desplazamientos son lo más complejo que puede verse en la cinta.
"Man on the Chair", de Dahee Jeong
Dahee Jeong, animadora coreana formada en la Escuela Nacional Superior de las Artes Decorativas de París, nos presenta en su corto - ganador de varios premios, entre los cuales el Cristal de Annecy - a un hombre algo obeso que, hundido literalmente en sus pensamientos sobre su existencia, no puede levantarse de la silla sobre la que está sentado; ¿quién le ha creado? ¿de dónde venimos? ¿existimos realmente o somos sólo un producto de la imaginación?.. ¿acaso no puede levantarse porque le han dibujado así?Desarrollada mediante unas imágenes finamente ilustradas, la animación fluye suavemente y sin pausa dando lugar a elegantes cambios de perspectiva, rotaciones de la escena y metamorfosis que se entrelazan poéticamente, reflejando realidades que se desdoblan y donde el protagonista se contempla a sí mismo. Y dónde la mismísima autora entra a formar parte de esa realidad, al aparecer dibujando sobre un papel que se dice fabricado a partir de la madera de la silla donde se sentaba el protagonista.
La realización del corto combina técnicas de animación 2D y 3D a partir de ilustraciones ejecutadas a lápiz y con pinturas, que le dan al corto ese tono relajado y pastel que domina todo el metraje.
"Through the Hawthorn", de Anna Benner, Pia Borg y Gemma Burditt
A través de la visión de tres directoras, "Through the Hawthorn" nos narra, a veces en forma de tríptico, otras mediante una sola viñeta, el transcurso de una sesión en que intervienen el psiquiatra, su paciente esquizofrénico, que no acepta su enfermedad, y su angustiada madre, cuyo último susto ha sido encontrárselo desnudo en plena noche en las aguas de un gélido lago.Cada una de las directoras ha dispuesto de su propia viñeta para aportar su visión de la misma acción desde su propia expresividad, dando lugar a visiones y recursos visuales distintos. Aunque finalmente todas las visiones utilizan la rotoscopia, la visión de cada una de las directoras está netamente diferenciada.
Anna Benner se encargó del panel de la izquierda, centrado en Sam, el enfermo, mientras que Pia Borg retrata al psiquiatra en el panel central y Gemma Burditt enfoca a la madre en el tercero. Mediante técnicas que van desde la pintura sobre cristal al dibujo lineal, el trío de directoras consigue narrar una sola historia con tres perspectivas muy personales, identificándose a su vez con la visión de cada uno de los tres personajes que intervienen en el corto y contemplan la situación desde su única perspectiva.
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