El bosque de Haquivaqui es un pequeño mundo habitado por animales muy especiales que tienen características tanto animales como humanas. Son animales que caminan sobre dos piernas, viven en casas y van vestidos. Y no solo eso, también se parecen a nosotros, los seres humanos, en gran parte de lo que hacen, dicen y piensan. En el bosque de Haquivaqui reina un anhelo de paz, seguridad y respeto; los animalitos que lo habitan viven bien, se conocen, se ayudan y aprovechan cualquier ocasión para celebrarlo. Pero hay un detalle que no es menor y que rompe la armonía del entorno y lo hace peligroso para algunos: hay animales grandes que se comen a los pequeños. Hasta ahora los ratones, los hurones y las ardillas se han salvado gracias a la paciencia, la astucia y las habilidades de los más débiles cuando se enfrentan a los más fuertes. Pero el día que el erizo Horace ataca a la abuela de Morten a medio camino de su casa, todos consideran que aquella costumbre tan cafre pasa de castaño oscuro. El propio Morten Woodmouse redacta una ley sobre la paz de los animales que se aprobará después, a pesar de las reticencias del ladronzuelo ratón Claus Climbermouse y el feroz zorro Marvin, entre otros. Ya está visto que la comida es lo que los enfrenta, de manera que todo aquél que quiera formar parte de la comunidad del bosque deberá cumplir tres condiciones: ser amigo de los demás y no comerse a nadie ni robar la comida ajena.
Los habitantes del bosque no quieren enfrentamientos,y por eso todos procurarán ayudarse a cumplir con la ley aunque el cambio de dieta les suponga algún inconveniente. Si lo que comes se convierte en un peligro para tus vecinos: ¡deja de comer carne! El bosque es rico en frutos, bayas, coles y zanahorias que no dejarán a ninguno con la panza inflada y dibujarán una limpia sonrisa en el rostro. Si no matas a los otros para comértelos – o los cazas por cosas peores que por alimentarte – tus amigos te recibirán en su mesa, te ofrecerán lo que tengan en su despensa y lo que es mejor aún: conversaréis y celebraréis juntos la vida. Nadie dice que negar la naturaleza sea fácil y el pobre zorro Marvin camina, sin fuerzas, desnutrido y flojo como un tabique de cañas porque echa de menos la proteína. Pero ahora que ya no le tienen que engañar y reírse de él para huir de sus mordiscos, participa con los demás de las fiestas y las celebraciones (como el aniversario del padre Oso) y es un miembro más de la divertida y alegre coral del bosque de Haquivaqui.
La película es una adaptación del libro Klatremus Og De Andre Dyrene I Hakkebakkeskogen (1953, Claus Climbermouse and the other animals in the Huckybucky forest) escrito e ilustrado por Thorbjørn Egner (1912–1990). Y el libro es, a su vez, una adaptación que el propio autor hizo de un serial radiofónico infantil que se estrenó en el año 1952 y para el cual el propio Thorbjørn Egner, conjuntamente con Christian Hartmann, compusieron las canciones. La historia y las canciones son consideradas clásicas en el entretenimiento y la cultura de los niños noruegos (y de buena parte de Escandinavia) y son conocidas por varias generaciones de niños; de hecho, el cuento ya tuvo una primera versión cinematográfica abreviada a cargo de Ivo Caprino.
Rasmus A. Sivertsen, por cierto, es el director de los dos largometrajes basados en la película de Ivo Caprino "GrandPrix en la Montaña de los Inventos" - "Solanog Ludvig - Herfra til Flåklypa" y "Solanog Ludvig - Jul i Flåklypa" - así como el realizador de " Knutsen & Ludvigsenog den fæle Rasputin" que se estrenó el 12 de mayo en catalán y castellano como" Dos Colegas al Rescate".
Entre el equipo de animación destaca la participación del español César Díez Meléndez, experto animador especializado actualmente en stop motion que puede presumir de créditos en grandes películas como "O Apostolo", "Paranorman", "Anomalisa", "Frankenweenie", o "La vida de Calabacín".
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