Bautizado como el Almodóvar de la plastilina, Samuel Ortí, mejor conocido como Sam (El Ataque de los Kriters Asesinos, Vicenta...), es el escritor y director de esta gamberra película de claymation, que es su primer largometraje. Una slasher movie en clave ibérica que tiene ya de por sí el mérito de haber llegado a buen término, por cuanto si pocas son las producciones de largometrajes animados españoles, menos aún lo son los de stopmotion con plastilina; y además ha logrado seducir a conocidos actores y actrices de nuestro cine, que han prestado sus voces a los personajes, tales como Anabel Alonso, Josema Yuste, Santiago Segura o el desaparecido Álex Angulo.
La película empieza narrando la historia de éxito de la bailaora de flamenco Trini, toda una estrella mediática que acabaría casándose, con pesar de su mánager, con un torero (como no podía ser de otra manera) con el que tuvo a su hijo Damián. La carrera de Trini se trunca sin embargo cuando su marido Gregorio muere en un accidente, momento a partir del cual Trini decide dejar de pisar los tablaos y recluirse en casa con su hijo. No acabarán ahí sin embargo los problemas, por cuanto Damián empezará a expresar ciertos comportamientos agresivos que llevarán finalmente a concluir que está poseído, lo cual conducirá a Trini y a su suegra a pedir ayuda al desdichado padre Lenin.
A modo de la saga "Scary Movie", el largometraje es una parodia irreverente de clásicos del terror de posesiones, principalmente "El Exorcista" y "La Profecía", pero también con guiños a "Polstergeist", "Critters" y similares.. y con satíricas referencias a la cultura popular televisiva. Con este planteamiento, la película hilvana una sucesión de gags con escenas de lo más gore, capaces de hacer disfrutar a los más aficionados al género. Entre otras secuencias, este cronista recuerda con humor las escenas del sanguinolento retorno a casa del psicólogo de Damián, la parodia de "Sálvame" con todos los tertulianos del conocido programa de Telecinco debidamente ajusticiados, o la escena MILF con Gracita, la sirvienta de la casa de Trini que es un claro homenaje a Gracita Morales, y que acaba sufriendo unos percances muy parecidos a los que sufren los personajes de "La Profecía".
La animación con plastilina está en general bien resuelta (haciendo salvedad de algunas secuencias donde los movimientos se muestran quizás más lentos de lo que debieran) y sus posibilidades son exploradas con imaginación y humor; especialmente destacables en este sentido son las metamorfosis de Damián en la conocida escena de la cama. Con la plastilina se da vida a una galería de personajes original y atractiva, que en lo relativo a las caricaturas de los más mediáticos resulta de un gran parecido. Por otra parte también se hace uso de efectos generados por ordenador, que contribuyen a completar y dar unos buenos acabados a la atmósfera de la película.
Es quizás en el aspecto narrativo donde surgen algunos peros, por cuanto la historia principal de Damián y su familia se mezcla con otra línea argumental, referente a los problemas con la iglesia del padre Lenin (hijo de una comunista obviamente agnóstica) y a su pérdida de fe y abandono personal, que si bien procura a la película una buena cantidad de gags, no acaba de encontrar su necesaria justificación en el desarrollo ni en el desenlace de la misma. En todo caso aporta unas buenas dosis de humor al largometraje, que es al fin de lo que se trata.
Una curiosa cinta animada, pues, que por su humor gamberro y por la técnica de animación en que se basa, y siendo de producción española, bien se merece ser recomendada.
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