Además de la adaptación a la serie de animé, el manga dio lugar a cuatro películas entre 1987 y 1989, y a una quinta que se estrenó en 2004. La que tratamos hoy es la sexta película de los Caballeros del Zodíaco y es la primera de la franquicia que ha sido realizada mediante animación 3D (y la segunda de Toei Animation que ha utilizado este formato). Basándose en una de las sagas más largas de la serie, la de la leyenda del Santuario, la película pretende contar la historia de los Caballeros del Zodíaco desde el inicio, desde una perspectiva nueva y con diferencias en el argumento y en los personajes. Dirigida por Keiichi Sato, y con la participación del creador de la franquicia, Masami Kurumada, como productor ejecutivo, y del guionista Tomohiro Suzuki y el compositor Yoshihiro Ike, la producción de la película se anunció en 2011 con ocasión del 25 aniversario de la creación del manga original, y cuatro años después llega a nuestras pantallas (se estrena el 6 de marzo).
El argumento de la película gira en torno a la protección de la joven Saori Kido, que fue salvada de la muerte cuando era sólo un bebé por el Caballero Sagitario, uno de los Caballeros de Oro, que perdió la vida en ello, y ha sido criada como una humana normal hasta cumplir los 16 años, momento en que le es revelada su verdadera identidad: Saori resulta ser la encarnación de la diosa Atenea, a la que deben su lealtad los andróginos Caballeros del Zodíaco, pero su identidad es puesta en duda por el Patriarca del Santuario de los Caballeros, que la quiere muerta y tiene de su lado en este propósito a la mayor parte de los guerreros. Tan solo los Caballeros de Bronce, que han sido criados desde pequeños para proteger a Saori, estarán comprometidos desde el inicio con su defensa, y resolverán ir al Santuario para desenmascarar la verdad y salvar la vida de su protegida; para ello se verán obligados a atravesar cada una de las Doce Casas del Zodíaco y enfrentarse a los Caballeros de Oro, los más poderosos de los guerreros.
Lamentablemente, la tan esperada película adolece de varios males que le restan bastante mérito, tanto a nivel gráfico y de animación, como, sobre todo, a nivel de narración.
Gráficamente el largometraje cuenta con la participación del especialista en modelado 3D Hiroshi Miyamoto (Dragon Ball Z: Battle of the Gods), que acierta en la traslación de los personajes desde las dos dimensiones al 3D al mantenerlos reconocibles y con sus características más distintivas, aunque con un look más actualizado. Sin embargo, hay un evidente fallo de iluminación que afecta a los personajes, cuya piel está continuamente iluminada - uno diría desde dentro - y no se oscurece ni de noche (son un vivo recuerdo de los Gusi-luz) y desde luego no está integrada con la iluminación de los fondos.
Saori Kido es Gusi-Luz |
Unos fondos que si bien arquitectónicamente se ven trabajados y estudiados, sobre todo en los planos generales, en su integración con los personajes no acaban de funcionar, y se ven lejanos, como de otra película.. los personajes prácticamente no interactúan con ellos y, cuando lo hacen, en muchas ocasiones pierden su dimensión.
En cuanto a la animación hay un detalle sumamente distorsionante: el histrionismo típico de la animación japonesa, aplicado en extremo sobre todo a Seiya y al tutor de Saori, resulta ridículo aplicado a unos personajes que están modelados con cierto grado de realismo y alejados de cualquier look de cartoon. Tal es el nivel de muecas aplicadas en ocasiones a Seiya que uno diría que está aquejado de severos tics.
En todo caso, como digo, es en el plano narrativo donde se encuentra la mayor debilidad del largometraje, por cuanto el hecho de haber pretendido adaptar una de las más largas sagas de la franquicia a una película de 95 minutos hace prácticamente imposible profundizar en las motivaciones de los personajes y en las causas de los acontecimientos, de forma que la película se reduce a ser una secuencia incesante de luchas, en el fondo muy parecidas en cuanto a desarrollo, y que al final incluso de superponen y se confunden, dificultando enormemente la comprensión de algunas secuencias. En la imposibilidad de explicar las motivaciones y las razones de cuanto acontece, todo sucede porque sí: los Caballeros de Oro se posicionan de un lado o de otro porque sí, el Caballero Ikki aparece en el último momento porque sí, Seiya va superando todos los retos porque sí, con la mínima dificultad.. y al final la película se convierte en una aburrida sucesión de acontecimientos que se dan por sentados. Lamentablemente, todo el valor de la profundización en los caracteres de los personajes, sus inquietudes y la carga psicológica de los Caballeros que se desarrolló magníficamente en la serie queda ninguneado en la película, de forma que para los desconocedores de las sagas resultará con probabilidad tremendamente aburrida, y para los seguidores de los Caballeros del Zodíaco, algo decepcionante, aunque éstos tendrán ventaja, y podrán al menos disfrutar de la puesta en escena en 3D de las batallas.
En eso sí que la película no pierde oportunidad: es un torrente de acción en que se sucede una batalla tras otra, y después de un inicio vibrante, en que cada uno de los Caballeros de Bronce hace un despliegue de sus poderes para proteger a Saori de sus atacantes, se les podrá ver enfrentados a casi todos los Caballeros de Oro, y disfrutar nuevamente con la exhibición de sus técnicas y habilidades.
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