Hace once años Pixar sorprendía con una película cuya historia discurría en un mundo sin humanos habitado por seres motorizados provistos de ojos, boca y alma que se emocionaban ante las carreras de coches y donde un recién llegado llamado Rayo McQueen se esforzaba por llegar a lo más alto del podio. Cinco años después llegaba una secuela más colorista e internacional que, al centrarse más en Mater y derivar en una trama de espionaje, se desviaba en buena medida del espíritu de su predecesora y probablemente hubiera tenido más sentido como una producción complementaria con salida directamente a video. Y ahora, bajo el título "Cars 3" se nos presenta la verdadera secuela que debería haber figurado como la segunda parte, con una historia de madurez que se desarrolla como un reverso de la original, donde el rookie que despuntaba desde Radiator Springs debe contemplar esta vez las opciones que se le abren ante el posible final de su carrera.
Se da la circunstancia de que "Cars" fue la última película independiente de los estudios Pixar antes de que éstos fueran adquiridos por Disney en virtud de un acuerdo que el tiempo ha demostrado que fue más provechoso para los últimos, que vieron como mejoraba la recepción de sus películas, mientras que Pixar ha ido sucumbiendo a la cada vez mayor formulación de secuelas en busca del máximo aprovechamiento económico y del merchandising. "Cars 3" es una buena secuela y no deja de ser una película bastante correcta, pero le falta la magia y la frescura que hacía especiales las películas de Pixar. Incluso uno podría intuirle un grito de auxilio o de rebeldía en su crítica a la falta de deportividad y excesiva tecnificación de las carreras o en la resistencia de Rayo McQueen a convertirse en una mera excusa para vender productos de merchandising, para poner de manifiesto también la tendencia (tanto en Disney como en otras muchas productoras de Hollywood, cómo no) a sacrificar la artesanía en pro de la fabricación de animación o su reaprovechamiento en largometrajes de imagen real y a buscar la explotación hasta la extenuación de las franquicias mediante productos derivados antes que crear títulos originales. Habrá que esperar a "Coco" o a los resultados de la reciente división de animación experimental para ver si Pixar ha sabido afianzar la chispa que recuperó por un tiempo con "Del Revés".
Sorprendido por una nueva generación de corredores ultrarrápidos, el legendario Rayo McQueen queda relegado repentinamente del deporte que tanto ama. Para retomar su carrera, el campeón decide poner a prueba su valía en el gran circuito de la Copa Piston y para ello inicia un programa de entrenamiento en un renovado Rust-eze Racing Center, donde encontrará la ayuda de una joven mecánica de carreras, Cruz Ramírez. Pero encontrará la verdadera solución volviendo a sus raíces y recordando los sabios consejos que le dio su querido mentor, el fallecido Fabuloso Hudson Hornet.
"Cars 3" está dirigida por Brian Fee (artista de storyboard en “Cars” y “Cars 2“), sobre un guión de Kiel Murray, Bob Peterson y Mike Rich que parte de una idea original del propio Fee y de Ben Queen, Eyal Podell y Jonathon E. Stewart. Está producida por Kevin Reher (“Bichos, una aventura en miniatura”, “La Luna”) y coproducida por Andrea Warren (“Lava”) y cuenta con la producción ejecutiva de John Lasseter, que dirigió las dos primeras películas de la franquicia y se encuentra ahora a la cabeza de una cuarta entrega de "Toy Story".
El mismo punto de partida de "Cars 3" constituye uno de sus puntos fuertes. Decididos a buscarle una secuela a una de las franquicias que rompió récords en merchandising se ha buscado una historia madura que le da una vuelta de tuerca radical y hasta un punto oscura a lo que ya se había visto de Rayo McQueen: lejos de insistir en los triunfos y el buen rollo en torno a las andanzas del bólido, se le coloca en una posición que podría significar el fin trágico de su carrera y plantea interesantes cuestiones en cuanto las dificultades de lidiar con las nuevas tecnologías y a la sabiduría necesaria para saber cuándo es el momento de retirarse, saber aprender también de los más jóvenes, recuperar la confianza y dejar un buen legado. Acaso el nuevo tono aportado a la secuela, necesariamente más dramático y ciertamente estimulante, se vea limitado por la querencia de una película que sea accesible al público infantil, aunque finalmente también se acaba haciendo difícil encontrar un sitio al buen humor que caracterizaba a la película original, reservado esta vez a las aisladas participaciones de Mater.
En cualquier caso se sigue respirando en "Cars 3" el cariño por los personajes de la franquicia, que vuelven a encontrar su sitio y a aportar el protagonismo que les conviene en su justa medida, a la vez que la introducción de personajes nuevos completa el universo de Rayo McQueen con equilibradas aportaciones entre las que destaca el elegante y calculador Sterling, el mentor Smokey y su troupe de veteranos y cómo no, Cruz Ramírez. Ésta constituye un paso más en la actual tendencia (en el caso de Pixar ya iniciada con "Brave") de construir personajes femeninos fuertes o que aspiran a serlo. Sin embargo, y siendo una aportación refrescante, la relación entre Rayo McQueen y Ramirez no acaba resultando del todo creíble en el desarrollo central de la película y ello hace que se haga depender demasiado del giro final.
En lo que respecta a la animación, de nuevo se demuestra desde Pixar una sorprendente habilidad para animar y dotar de expresividad a objetos en principio inanimados y carentes de extremidades como son los automóviles, logrando incluso imprimir a cada personaje con una forma particular de moverse o actuar profundamente estudiada según las características del modelo. Aun siendo en cierta medida un déjà vu teniendo en cuenta las dos entregas previas, son disfrutables muchas de las escenas de la película, entre las que destacamos por su carácter cómico las salvajes carreras sobre barro en las que el autobús escolar Miss Fritter es leyenda o aquella breve escena protagonizada por un cuarteto de elevadoras formando un conjunto musical que a alguien le recordó aquél de "La Guerra de las Galaxias".
Lo mejor: El acierto de haber sabido construir una secuela como el reverso de la película original, dándole un tono bastante diferente.
En contra: Y sin embargo, Pixar no ha recuperado completamente su magia.
Twittear
Desde el primer tráiler he sospechado que esta tercera entrega viene a ser un intento de Pixar de «reconciliarse» con crítica y público (adulto) con respecto a esta saga, después de la decepción generalizada de la segunda entrega (por otra parte, yo soy un «disidente» al respecto, pues a mí la segunda sí me gustó bastante más que la primera). De hecho, supuse que incluso Mater aparecería muy poco y ya alguien me lo ha confirmado. Pobre Mater, es el Jar Jar Binks de la saga...
ResponderEliminarMuy buena esa comparación con Jar Jar Binks ;)
Eliminar