"¡Vaya Bichos!" lleva a la gran pantalla los mundos de pequeños insectos y animalillos creados por el escritor e ilustrador de libros infantiles Antoon Krings y recogidos en la colección "Drôles de Petites Bêtes" ("Bichitos Curiosos" en España). Un personal estilo visual y una aventura que invita a la integración y a vencer los prejuicios harán las delicias de los más pequeños en una película pensada especialmente - y se diría que exclusivamente - para ellos.
Cuando Apolo, un grillo de gran corazón dedicado al espectáculo y con alma de Buster Keaton, llega a un nuevo pueblo no puede evitar perturbar la vida del reino, cuyas abejas se encuentran preparando las fiestas dedicadas a la reina Margarita. Enredado en un complot ideado por Krispa, una avispa que resulta ser prima de la reina,
con objeto de apoderarse del trono, Apolo resulta acusado de haber secuestrado a la reina, que en realidad está presa a manos de los Nocturnos, enemigos del reino y cómplices de Krispa. Será entonces cuando Apolo, con la ayuda de sus nuevos amigos, deberá lanzarse a una peligrosa misión para salvar a la reina y estropear los planes de la traidora avispa.
Sorprenden gratamente en esta película los fondos ricos en detalles que definen un cuidado diseño visual de un frondoso y animado bosque y unos personajes con mucho encanto que trasladan a las tres dimensiones las simpáticas ilustraciones del director. Cada uno de los insectos ha sido diseñado cuidadosamente para reflejar de un solo vistazo su personalidad y sus características, destacando especialmente en gracia el grupo de los rebeldes Nocturnos con Esfinge al frente, que integra a un nervioso mosquito y a un grupo de polillas, y la seductora y manipuladora Krispa. Todo ello se pone al servicio de una aventura de lectura y progresión sencilla, pero emocionante en su segunda mitad, en la que subyace un mensaje integrador que invita a no desconfiar siempre del extranjero puesto que en él puede haber un amigo y un compañero, mientras que el daño puede surgir desde dentro del grupo. Asimismo aprenderán los jóvenes espectadores que hacerse cargo de un puesto de mando requiere una gran responsabilidad, y que ejercerlo con ligereza tan solo puede llevar al desastre.
La película hubiera ganado si hubiera incorporado también unos buenos momentos de risas frente al tono a veces excesivamente melancólico y otras tan acaramelado - o rosa - que sobrecargan y alentecen el metraje.
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